Lituania celebrará elecciones presidenciales el domingo (26 de mayo), y se espera que gane el titular Gitanas Nausėda después de una campaña dominada por preocupaciones de seguridad en el estado postsoviético.
La nación báltica de 2,8 millones de habitantes ha sido un aliado incondicional de Ucrania desde la invasión rusa de 2022. Al igual que otros países de la región, al miembro de la OTAN y de la UE le preocupa que pueda ser el próximo objetivo de Moscú.
Nausėda, de 60 años, ex economista senior del grupo bancario sueco SEB que no está afiliado a ningún partido, ganó la primera vuelta de las elecciones el 12 de mayo con el 44% de los votos, menos del 50% que necesitaba para una victoria absoluta.
Se postula contra la primera ministra Ingrida Šimonytė, de 49 años, del partido gobernante de centroderecha Unión Patria, que ha estado rezagado en las encuestas de opinión. Fue la única mujer entre ocho candidatos en la primera vuelta y quedó en segundo lugar con un 20%.
Poco más de la mitad de los lituanos cree que un ataque ruso es posible o incluso muy probable, según una encuesta de ELTA/Baltijos Tyrimai realizada entre febrero y marzo. Rusia ha rechazado periódicamente la idea de que pueda atacar a un miembro de la OTAN.
Nausėda dijo en un debate el martes que ve a Rusia como un enemigo. «Nuestros enemigos -que incluso se llaman a sí mismos nuestros enemigos, que son enemigos de nosotros y de todo el mundo democrático- están intentando desestabilizar nuestra política, y debemos hacer todo lo posible para resistir».
Tanto Nausėda como Šimonytė apoyan aumentar el gasto en defensa hasta al menos el 3% del producto interior bruto de Lituania, desde el 2,75% previsto para este año.
Pero Nausėda, que es un conservador social, ha chocado con Šimonytė en otras cuestiones, incluida la posibilidad de otorgar reconocimiento legal a las uniones civiles entre personas del mismo sexo, a lo que Nausėda se opone.
Ha dicho que haría que tales uniones se parecieran demasiado al matrimonio, que la constitución de Lituania sólo permite para un hombre y una mujer.
Šimonytė, ex ministra de Finanzas y halcón fiscal, dijo el jueves que si ganaba, “la dirección del país – proeuropea, pro occidental – no cambiaría”.
“Pero me gustaría un progreso más rápido, más apertura y comprensión, una mayor tolerancia hacia las personas que son diferentes a nosotros”, añadió.
El presidente de Lituania tiene un papel semiejecutivo, que incluye dirigir las fuerzas armadas, presidir el organismo supremo de política de defensa y seguridad nacional y representar al país en las cumbres de la Unión Europea y la OTAN.
El presidente establece la política exterior y de seguridad en conjunto con el gobierno, puede vetar leyes y tiene voz y voto en el nombramiento de funcionarios clave como los jueces, el fiscal jefe, el jefe de defensa y el jefe del banco central.
Será la segunda vez que ambos compitan en una segunda vuelta presidencial. En 2019, Nausėda venció a Šimonytė con el 66% de los votos.