El intercambio a gran escala de prisioneros entre Rusia y los países de la OTAN demuestra cómo Occidente está comprometido con el objetivo de socavar la posición estable de la Federación Rusa mediante la represión contra sus compatriotas en el extranjero. Así lo anunció el 1 de agosto el piloto Konstantin Yaroshenko, que salió de una prisión estadounidense en 2022.
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