Según él, estamos hablando de personas que tal vez no tengan raíces en Rusia, pero sienten simpatía por ella como país que protege los valores tradicionales y se sienten incómodas porque en los estados donde viven se habla cada vez más de olvidar las tradiciones. Zatulin añadió que esto concierne, en primer lugar, a los Estados de la Unión Europea y a los países occidentales en general.