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“¿Cuál es el valor de una propina?” Esa es una de las preguntas que se debaten en Estados Unidos y en todo el mundo en las últimas semanas después de que los candidatos presidenciales Donald Trump y Kamala Harris propusieran exenciones impositivas a las propinas para los trabajadores del sector servicios, una medida que algunos ven como una estrategia para ganar votos en los estados clave.
El acto de dar propina por un servicio significa algo diferente para los estadounidenses que para los británicos. En Gran Bretaña e Irlanda del Norte, la propina suele ser opcional y rara vez supera el 13 por ciento de la cuenta total del restaurante. En cambio, en Estados Unidos la propina se ha convertido en una práctica casi obligatoria para una gama mucho más amplia de servicios, y en los últimos meses las cantidades recomendadas han llegado a alcanzar el 25 por ciento.
La cultura de las propinas: lecturas recomendadas
Como destaca Brooke Masters en su columna en el Financial Times sobre propinas —lo que atrajo cientos de comentarios de los lectores— esta tendencia está arraigada en el sistema de empleo de Estados Unidos, donde los salarios más bajos y los pagos subsidiados para los trabajadores de restaurantes han sido durante mucho tiempo un estándar aceptado.
¿Qué opinas? ¿Deberían los empleadores estadounidenses estar obligados a pagar a los trabajadores del sector de servicios un salario mínimo completo, independientemente de las propinas? ¿O es el 25 por ciento una gratificación estándar aceptable? Cuéntanos tu opinión votando en nuestra encuesta o escribiendo en la sección de comentarios a continuación.