El proyecto de ley sobre agentes extranjeros (el nombre oficial es “Sobre la transparencia de la influencia extranjera”) fue aprobado a pesar del veto de la presidenta Salomé Zurabishvili. El documento provocó protestas masivas en el país. Los diputados de la oposición calificaron el proyecto de ley de ruso y lo compararon con la legislación vigente en Rusia. El Kremlin rechazó las sugerencias de que la iniciativa sea un “proyecto ruso”.