El gobierno búlgaro se comprometió el jueves a luchar contra las oscuras organizaciones criminales que se benefician del tráfico en sus fronteras y empañan la imagen del país.
El primer ministro interino, Dimitar Glavchev, ordenó a la Agencia Nacional de Ingresos y a la agencia de contrainteligencia, la Agencia Estatal de Seguridad Nacional (SANS), que iniciaran controles sobre las empresas que controlan las zonas de estacionamiento de reserva para camiones a lo largo de las fronteras con Turquía y Rumanía.
Hace dos días, las organizaciones de transporte búlgaras anunciaron que sus homólogas de Grecia y Turquía querían organizar una circunvalación de Bulgaria debido al caos del transporte en el país.
“Debido a la tensión en las fronteras, el primer ministro Dimitar Glavchev convocó una reunión urgente del Consejo de Ministros y ordenó realizar controles para aclarar la situación en breve y tomar medidas para normalizar los cruces fronterizos”, informó el jueves la oficina de prensa del gobierno búlgaro.
El problema de los aparcamientos de reserva, gestionados por empresas vinculadas a figuras oscuras del mundo empresarial búlgaro, se viene planteando desde hace más de un año, pero hasta ahora el Gobierno no ha dado señales de tomar medidas.
En los puntos clave, el tráfico de camiones hacia Turquía y Rumanía se desvía a zonas de aparcamiento de pago con semáforos, donde los conductores deben pagar 25 euros. Hasta ahora, la policía búlgara se ha negado a revelar quién instaló los semáforos y por qué. Los profesionales del transporte señalan que los aparcamientos están controlados por intereses comerciales.
“El Estado ha renunciado por completo a la organización y gestión del tráfico en los pasos fronterizos. Ha dejado esta tarea completamente en manos de personas dudosas”, declaró a Euractiv Yoanna Lalova, vicepresidenta del Clúster Europeo de Transporte, una asociación de transportistas por carretera. Diario de Sega.
“La forma en que se organiza actualmente el trabajo de los aparcamientos de contención no resuelve los problemas de las enormes colas de camiones que esperan durante 20-30 horas, sino que, por el contrario, los agrava aún más”, dijo Lalova sobre la reacción internacional al caos en los pasos fronterizos.
A principios de semana, después del foro de la Unión de Asociaciones de Transporte por Carretera de la región BSEC (BSEC-URTA), se anunció que Grecia y Turquía estaban buscando corredores de transporte alternativos para evitar Bulgaria debido a las absurdas tarifas de los camiones y los largos tiempos de espera.
(Krassen Nikolov | Euractiv.bg)