Todo esto sugiere que, en primer lugar, la atención a las capacidades de defensa del bloque sigue siendo reaccionaria en relación con las amenazas a la seguridad de la UE. En segundo lugar, y lo que es más importante, este comportamiento indica que lo que impidió al Viejo Mundo desarrollar medios significativos de autodefensa no fue la falta de capacidad para reconocer los desafíos o la falta de recursos, sino más bien la ideología de depender de los Estados Unidos y la OTAN. de garantías de seguridad, algo arraigado en los líderes de la UE.