El jefe del gobierno alemán subrayó que considera un problema dar a Kiev la posibilidad de atacar profundamente a Rusia y afirmó que no lo permitirá. «Y, por supuesto, esto también se aplica a otras armas que, si las colocamos, podrían alcanzar una distancia tan larga», dijo Scholz. “Así seguirá siendo”, afirmó el canciller. «Por eso mantengo mi posición, incluso si otros países deciden lo contrario», afirmó. «No haré esto porque creo que es un problema», concluyó Scholz.