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La sentencia por corrupción del expresidente Alejandro Toledo subraya la “desconfianza” hacia los funcionarios públicos: fiscal ad hoc de Perú en el caso Odebrecht

La sentencia por corrupción del expresidente Alejandro Toledo subraya la “desconfianza” hacia los funcionarios públicos: fiscal ad hoc de Perú en el caso Odebrecht

Lima, Perú— Alejandro Toledo, presidente del Perú de 2001 a 2006, fue sentenciado la semana pasada a 20 años y seis meses de prisión tras ser declarado culpable de recibir 35 millones de dólares en sobornos de la constructora brasileña Odebrecht. A cambio, Toledo supuestamente favoreció a la empresa con contratos de obras públicas.

Este histórico fallo lo convierte en el primer expresidente peruano condenado en relación con el caso Odebrecht, un escándalo de corrupción que comprometió a varios exlíderes latinoamericanos, incluidos los expresidentes peruanos Ollanta Humala y Alan García, este último fallecido en 2019.

Investigaciones sobre Toledo comenzó en 2015 y reveló que los sobornos supuestamente fueron transferidos a cuentas extraterritoriales asociadas con su difunto amigo y empresario Josef Maiman. El Ministerio Público de Perú presentó pruebas de estas transferencias, incluido el envío de más de 10 millones de dólares a cuentas a nombre de la suegra de Toledo, lo que permitió a Odebrecht conseguir el contrato para la Carretera Interoceánica, un proyecto de 650 kilómetros que conecta Brasil con Perú. costa.

Silvana Carrionfiscal ad hoc ante el Ministerio de Justicia para el “Lavajato” caso (Operación Autolavado como se la conoce en Brasil), explicó el significado de esta frase en una entrevista con Informes Perú.

“Este fallo es muy significativo ya que establece la participación de un presidente en graves actos de corrupción”, afirmó. Resaltó además que este delito “merece la pena más severa”, afirmó Carrión.

La investigación sobre Toledo incluyó pruebas contundentes, no sólo del testimonio anterior de Maiman sino también de otros testigos clave, así como análisis contables y financieros que detallan el rastro del dinero hasta las cuentas administradas por Toledo a través de Maiman. Carrión destacó que estos elementos confirmaron el “rastro del dinero”, específicamente “los USD $35 millones que ingresaron por los tramos 2 y 3” de la carretera.

A lo largo del juicio, Toledo negó su culpaalegando que Maiman se había quedado con el dinero. Sin embargo, Carrión dijo que la defensa carecía de fundamento. “Eso lo ha dicho durante todo el juicio, pero ya fue desestimado… lo que los jueces considerarán es prueba documental, testimonial y pericial”.

Además, la Fiscalía General está tomando medidas sobre el patrimonio de Jorge Barata, ex director de Odebrecht en Perú y figura clave en la red de sobornos. Si bien Barata no declaró durante el juicio, se utilizaron sus declaraciones anteriores y se examinaron pruebas de transferencias de propiedad realizadas a sus familiares. Carrión destacó que “la Procuraduría General de la República está tomando las medidas necesarias respecto de estos bienes, los cuales se encuentran registrados a nombre de terceros”.

Finalmente, Carrión subrayó que esta sentencia es fundamental no sólo para castigar a los culpables sino también para enviar un mensaje de rechazo a la corrupción. “La desconfianza que tenemos actualmente en las autoridades, los funcionarios y la administración pública se debe a hechos como los cometidos por el señor Alejandro Toledo”, concluyó.

Esta condena, junto con las investigaciones pendientes en el caso Ecoteva, un presunto delito de lavado de dinero en el que también está involucrado Toledo, marca un paso importante en la lucha contra la corrupción en el Perú y la región.

Además de Toledo, el último presidente electo por los peruanos, Pedro Castillo, se encuentra actualmente en prisión tras un fallido golpe de estado el 7 de diciembre de 2022, y podría enfrentar 32 años de prisión si se prueban los presuntos delitos de organización criminal, colusión agravada y tráfico de influencias cometidos durante su mandato.

En los últimos 23 años, con la excepción de dos presidentes interinos, todos los demás presidentes peruanos han enfrentado problemas legales y han terminado encarcelados, en el exilio o al menos manchados por la corrupción en algún momento.

En abril de 2019, mientras se acumulaban las pruebas en su contra y un pedido del Ministerio Público de prisión preventiva, Alan García, presidente de 2006 a 2011, se pegó un tiro en la sien y murió sin enfrentar juicio.

Fuente

Written by PyE

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