Evo inicia huelga de hambre y pide fin de bloqueos de carreteras para buscar diálogo
El expresidente boliviano Evo Morales anunció el viernes que iniciaría una huelga de hambre mientras el conflicto entre él y su exministro de Economía y aliado, y actual presidente, Luis Arce Catacora, continúa escalando.
También instó a sus seguidores a levantar los bloqueos de carreteras que hasta el momento han causado pérdidas por alrededor de 1.700 millones de dólares, lo que representa más del 3,5% del Producto Interno Bruto (PIB), además de escasez de alimentos y medicinas en varias comunidades de la zona de Cochabamba. región.
El líder socialista indígena dijo en un comunicado publicado en las redes sociales que había decidido «pedir a los compañeros movilizados» que consideraran levantar «el bloqueo de carreteras» después de 19 días para evitar «derramamiento de sangre».
Con su nueva iniciativa, Morales busca crear un canal de diálogo con Arce con mediación internacional para que se le permita postularse en las elecciones presidenciales de 2025 además del cese de todas las causas judiciales en su contra por violación y trata de personas.
”Y he decidido, para viabilizar el diálogo, (que) voy a iniciar una huelga de hambre hasta que el Gobierno instale dos mesas de diálogo, la primera para el tema económico y la segunda para el tema político”, escribió Morales al convocar por «la participación de algunos organismos internacionales o países amigos» porque la actual administración «no quiere entender cuestiones legales ni técnicas».
Morales dijo que “el gobierno tiene que retirar toda esta represión, esta movilización militar y policial” e insistió en que “si hay algún derramamiento de sangre será responsabilidad exclusiva del presidente” Arce. Durante su huelga de hambre, el expresidente planea permanecer en la sede de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba, el principal sindicato de cocaleros de Bolivia que alguna vez dirigió.
Las fuerzas del orden lanzaron gases lacrimógenos contra los manifestantes el viernes en un intento de romper los bloqueos y permitir la circulación normal de personas y bienes. Los rebeldes respondieron con dinamita y piedras, mientras que otros grupos evistas tomaron tres cuarteles militares en el Trópico de Cochabamba como represalia.
Arce afirmó que este «asalto» fue perpetrado por «grupos armados afines a Evo Morales» a quienes también acusó de mantener como rehenes a «militares y sus familiares y amenazar sus vidas».
”Estas acciones estrangulan económicamente al pueblo boliviano, buscando la ruptura del orden público legalmente constituido y de nuestra democracia, con el único objetivo de acortar nuestro mandato, imponer una candidatura inconstitucional y lograr impunidad en los procesos judiciales”, continuó Arce.
Según medios locales, tres unidades militares fueron tomadas por seguidores de Morales: el regimiento Cacique Juan Maraza, en Villa Tunari; las instalaciones de la Novena División, y la Base Naval de Puerto Villarroel. Además, se informó que los evistas mantenían como rehenes a las tropas dentro de las bases y a sus familias, mientras también confiscaban armas y municiones mientras gritaban pidiendo la renuncia de Arce.
Arce y Morales están distanciados desde 2021 por diferencias que se profundizaron sobre la necesidad de renovar la dirección nacional del Movimiento Al Socialismo (MAS) y elegir al candidato del oficialismo para las elecciones de 2025. Bolivia ha estado experimentando un creciente malestar social desde que el banco central casi se quedó sin reservas de divisas el año pasado. Esto dejó a los importadores sin dólares, lo que a su vez provocó escasez de bienes básicos y aumento de la inflación.
El conflicto alcanzó su punto máximo el domingo pasado cuando el gobierno acusó a Morales de disparar contra policías tras negarse a detenerse en un puesto de control, mientras que el expresidente afirmó que se trataba de un intento de asesinarlo.