IMPACTO EN LA ECONOMÍA ESTADOUNIDENSE
Estados Unidos es la economía más grande del mundo y representa una cuarta parte del producto interno bruto mundial y la mayor parte del crecimiento actual.
A pesar de décadas de predicciones declinantes y de impulso a China en ascenso, la participación de Estados Unidos en realidad ha aumentado en los últimos años, ya que su crecimiento ha superado al de Europa, Japón y otros países de altos ingresos, mientras que el de China se ha desacelerado. Esto ha afianzado la posición de Estados Unidos como la mayor fuente de demanda final externa para sus socios comerciales.
Por lo tanto, mucho depende de los impactos de las políticas de la administración Trump sobre el crecimiento interno de Estados Unidos. Estos son difíciles de predecir.
La propuesta política característica de Trump de un arancel del 10 al 20 por ciento sobre todas las importaciones, y del 60 por ciento sobre las importaciones desde China, aumentaría la inversión en industrias con sede en Estados Unidos que compiten con las importaciones, lo que contribuiría al crecimiento. Pero al aumentar los costos, los aranceles perjudicarían a los sectores consumidores de importaciones y, al invitar a represalias, perjudicarían a los sectores exportadores competitivos.
Al enfrentar precios más altos, los consumidores pueden recortar el gasto, reduciendo el crecimiento. Con una economía que ya funciona a su máxima capacidad, cerca del pleno empleo, la prometida deportación masiva de inmigrantes ilegales –otra política emblemática– empeoraría la escasez de mano de obra y agregaría restricciones de oferta al crecimiento.
Trump ha prometido recortes de impuestos para corporaciones e individuos. Esto resultará en pérdidas de ingresos que no se compensarían con los ingresos arancelarios, especialmente si los aranceles funcionan según lo previsto para reducir las importaciones.
Es poco probable que se realicen recortes significativos en el gasto gubernamental, ya que sólo una cuarta parte del presupuesto federal es “discrecional” (el resto son “derechos” como la Seguridad Social y Medicare), y la mitad de esa cantidad es gasto de defensa, que podría aumentar. Así, la Oficina de Presupuesto del Congreso, que no es partidista, estima que el déficit presupuestario bajo Trump ascenderá a 9 billones de dólares en 10 años, lo que supondrá un enorme estímulo para el crecimiento.
Los recortes de impuestos y la desregulación propuesta aumentarán las ganancias y la inversión corporativas; la expectativa actual de esto explica el reciente auge de las acciones. Un “efecto riqueza” positivo derivado del aumento de los precios de los activos también podría aumentar el consumo. Por lo tanto, el crecimiento general podría aumentar en el corto plazo, aunque como el PIB estadounidense ya está creciendo a un ritmo de 2,8 por ciento en 2024 (alto para una economía grande y madura en una etapa avanzada del ciclo económico), es poco probable que se produzca un aumento sustancial.
Un crecimiento mucho mayor puede incluso ser indeseable, porque estas políticas serán inflacionarias.