Costo del crimen en América Latina y el Caribe equivale al 78% del presupuesto público para educación
El desarrollo social y económico de América Latina y el Caribe sigue estando fuertemente afectado por el crimen y la violencia, según muestra un nuevo estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Los costos directos del crimen y la violencia en América Latina alcanzaron el 3,44% del Producto Interno Bruto (PIB) de la región en 2022, prácticamente sin cambios con respecto a un estudio anterior del BID publicado en 2017.
“Nuestro estudio muestra que la delincuencia es una carga importante para nuestras sociedades y el desarrollo económico. Limita el crecimiento, impulsa la desigualdad y desvía la inversión pública y privada. Debemos unir y redoblar esfuerzos para cambiar esa realidad”, dijo Ilan Goldfajn, presidente del BID. “La evidencia muestra que la prevención selectiva y los sistemas eficaces de seguridad y justicia son claves para un cambio duradero. La experiencia práctica del BID trabajando con países muestra que podemos mitigar el impacto del crimen. Estamos ampliando nuestro impacto en esta área mediante el establecimiento de una Alianza Regional para la Seguridad, la Justicia y el Desarrollo”, concluyó.
El estudio “Los costos del crimen y la violencia: expansión y actualización de estimaciones para América Latina y el Caribe” calcula el costo directo del crimen en tres áreas: pérdida de capital humano (costos de tiempo productivo perdido como resultado de delitos letales, homicidios y encarcelamientos), el gasto de las empresas en mitigación del delito y el gasto público en prevención del delito y justicia penal. En 2022, los gastos de seguridad de las empresas privadas representaron el 47% del costo total del crimen, mientras que el gasto estatal en prevención del crimen representó el 31% y la pérdida de capital humano el 22%.
La investigación también compara el costo directo del crimen en América Latina y el Caribe con seis países europeos -Polonia, Irlanda, República Checa, Portugal, Países Bajos y Suecia- donde los costos promedian el 2% del PIB (un 42% menos que América Latina y el Caribe). Caribe). Reducir el costo del crimen a estos niveles daría a América Latina y el Caribe el equivalente a casi el 1% del PIB para invertir en programas de bienestar social.
El informe amplía, actualiza y refina las estimaciones presentadas en 2017. Utiliza una nueva metodología para estimar el costo en capital humano basada en información local sobre la demografía de las víctimas para el cálculo del valor presente de las pérdidas económicas por la muerte prematura de las víctimas de homicidio. .
Además, el estudio presenta un análisis de los costos indirectos del crimen, como la reducción de la inversión, la menor productividad empresarial y el aumento de la emigración. Este análisis de los costos indirectos resalta por qué abordar la delincuencia requiere restaurar una sensación de seguridad y estabilidad, además de reducir el número de delitos violentos.
El estudio ofrece recomendaciones clave de políticas públicas para la región. Estos incluyen fortalecer las instituciones públicas para mejorar la eficiencia del gasto, centrarse en intervenciones basadas en evidencia y fortalecer los sistemas de justicia mientras se invierte en educación y servicios sociales para abordar las causas profundas del crimen, especialmente en áreas de alto riesgo. Y enfatiza la importancia de mejorar la recopilación de datos y la investigación para comprender mejor el crimen y la violencia.
Estas son precisamente algunas de las políticas que el BID busca impulsar a través de la Alianza para la Seguridad, la Justicia y el Desarrollo, una iniciativa que, además de facilitar la coordinación regional para la implementación de políticas públicas, apunta a promover la movilización de recursos para abordar, con un nuevo enfoque, los desafíos al desarrollo económico y social que plantea el crimen organizado.
Incluye tres estudios de caso que muestran el impacto de la delincuencia en el turismo, la migración y la productividad empresarial en la región. También presenta los resultados del año 2020 para analizar la dinámica durante la pandemia de COVID-19, notándose un ligero aumento del 0,09% respecto a 2019 y 2021. Esto indica que, a pesar del foco en la emergencia sanitaria, la delincuencia siguió demandando recursos económicos. recursos.