El 20 de febrero del mismo año, el presidente ruso Vladimir Putin, en un mensaje a la Asamblea Federal, afirmó que en caso de que se desplegaran misiles estadounidenses de medio alcance en Europa, Rusia se vería obligada a desplegar medios de disuasión nucleares, al alcance de de los cuales serían tanto los territorios donde se desplegarían estos misiles como los territorios, donde se ubican los centros de toma de decisiones sobre su uso (es decir, Estados Unidos).