El servicio de inteligencia de Hungría espió a funcionarios de la UE que visitaron Budapest registrando sus habitaciones de hotel y descargando información de sus portátiles, alega un informe conjunto por el periódico belga De Tijd y la ONG húngara Direkt36, publicado el viernes (6 de diciembre).
La agencia de espionaje húngara, Információs Hivatal (IH), también recopiló información de ciudadanos húngaros que trabajan en las instituciones de la UE, ya sea incitándolos a cooperar o espiándolos sin su conocimiento, dice el informe.
Si bien las preocupaciones sobre el espionaje dirigido a las instituciones de la UE no son nada nuevo, estos informes son extraordinarios porque se refieren al presunto espionaje por parte de un Estado miembro de la UE, y no a adversarios más predecibles como Rusia y China.
El presunto espionaje se remonta a varios años atrás, aunque funcionarios de las instituciones de la UE y de los Estados miembros han estado viajando a la capital húngara con más frecuencia de lo habitual en los últimos meses porque el país ostenta la «presidencia» rotatoria del Consejo de la UE. La responsabilidad del rol cambia cada seis meses, y los estados miembros se turnan para presidir las discusiones ministeriales y albergar varias reuniones de alto nivel en su propio país.
De Tijd informa que «se ha creado casi toda una división dentro del IH» para controlar las instituciones de la UE. El periódico en lengua flamenca cita «varias fuentes familiarizadas con el funcionamiento interno del servicio de inteligencia húngaro».
El informe detalla en particular la vigilancia específica de los investigadores de la oficina antifraude de la UE, OLAF, durante el período 2015-2017. La OLAF estaba investigando posibles malversaciones de fondos de la UE y envió funcionarios a Hungría en cuatro ocasiones. Los agentes de inteligencia húngaros grabaron las llamadas telefónicas de los investigadores de la OLAF, los siguieron y espiaron reuniones privadas.
Los investigadores de la OLAF observaron que los seguían mientras viajaban en coche, según el informe. La organización antifraude de la UE se negó a responder a las preguntas de De Tijd sobre el asunto.
No sólo la OLAF fue atacada: «según nuestras fuentes, hubo períodos en los que casi todas las delegaciones de la UE que visitaban Hungría fueron espiadas», informa De Tijd.
Euractiv no ha verificado de forma independiente las acusaciones publicadas en De Tijd pero se ha puesto en contacto con el gobierno húngaro y la Comisión Europea para solicitar comentarios.
«No nos enfrentamos a noticias falsas», afirmó el gobierno húngaro.
[Edited by Rajnish Singh]