AMBICIONES IMPRESIONANTES
En una entrevista que los supervisores del Banco Central Europeo distribuyeron a los bancos la semana posterior al anuncio del ISSB en la COP26, John Berrigan, director general de servicios financieros de la Comisión, discutió la taxonomía y los planes de la UE para un nuevo Reglamento de divulgación de finanzas sostenibles, sin mencionar el ISSB.
Berrigan tampoco mencionó la otra iniciativa importante del sector financiero que surgió de la COP26: la Alianza Financiera de Glasgow para Net Zero (GFANZ) reunida por Mark Carney, el ex presidente del FSB que ahora es el Enviado Especial de la ONU para Acción Climática y Finanzas.
Carney ha acorralado a 450 bancos y aseguradoras para, entre otros objetivos, movilizar billones de dólares de capital para financiar la descarbonización en países emergentes y en desarrollo.
La cifra precisa que citó, 130 billones de dólares, ha suscitado algunas cejas escépticas, pero la escala de la ambición es impresionante, y la mayoría de los bancos importantes se han adherido al plan.
Estos desarrollos reflejan el cambio radical en la opinión del sector financiero sobre el cambio climático en los últimos años.
La presión de algunos inversores abiertos ha contribuido a este cambio, mientras que las pruebas de tensión regulatorias han expuesto la vulnerabilidad de las carteras de préstamos al aumento de las temperaturas y los aumentos en el precio del carbono impulsados por políticas. Pero los banqueros también son personas.
Ahora creen que dormirán mejor y podrán mirar a sus hijos a los ojos si son parte de la transición verde, en lugar de que los reductos financien miopemente la última tonelada de carbón extraído y el último barril de crudo Brent.
La ISSB y la GFANZ podrían brindar a los banqueros las herramientas que necesitan para ayudar a sus clientes a financiar y administrar la transición verde. Y las autoridades estadounidenses y europeas, si entierran sus diferencias, podrían permitir que esas buenas intenciones se traduzcan en acciones más efectivas.
Eso significaría menos acrónimos y, lo que es más importante, un camino más claro hacia el cero neto.
Howard Davies es presidente de NatWest Group. Proyecto Syndicate.
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