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Un tribunal de Bélgica rechazó el martes (28 de diciembre) una solicitud de las autoridades españolas para extraditar a un rapero fugitivo condenado a prisión por presuntamente elogiar el terrorismo en sus canciones.
José Miguel Arenas Beltrán, más conocido como “Valtonyc”, huyó a Bélgica en 2018 después de ser condenado a tres años y medio de cárcel por cargos de glorificar el terror, insultar al rey y hacer amenazas en sus letras.
«¡Victoria! Después de tres años de procedimientos legales, un desvío al Tribunal de Justicia de la Unión Europea y al Tribunal Constitucional de Bélgica, el Tribunal de Apelación dictamina que Valtonyc no puede ser extraditado ”, escribió en Twitter el abogado del rapero Simon Bekaert.
Primer t’ignoren, després se’n riuen, després t’ataquen i finalment, guanyes.
Gràcies als que m’han fet costat des de la meva detenció al 2012, des de l’exili al 2018, a l’equip jurídic i als imprescindibles que saben que la lluita és l’únic camí.#LlibertatPabloHasel pic.twitter.com/MXaj2ccDOo
– JOSEP VALTÒNYC (@valtonyc) 28 de diciembre de 2021
“Un buen día para la música y la libertad de expresión”.
Bekaert dijo que el tribunal de apelaciones de la ciudad de Gante había dictaminado que los delitos no eran un delito según la ley belga.
El rapero, de 28 años, dijo que estaba «finalmente libre y feliz» después de haber estado sujeto a controles policiales regulares mientras luchaba contra una orden de arresto europea.
«No soy un terrorista y el tribunal ha demostrado que tengo razón», dijo.
Beltrán fue condenado por la letra de canciones publicadas online en 2012 y 2013 en un momento en el que era un rapero poco conocido en las Islas Baleares.
Estos incluían: “Que se asusten como un policía en el País Vasco” y “el rey tiene una cita en la plaza del pueblo, con una soga al cuello”.
La referencia al País Vasco se entendió como un guiño a la violencia de ETA, el grupo separatista que durante décadas protagonizó atentados en toda España que dejaron más de 800 funcionarios y civiles muertos.
Sus letras dividieron la opinión en España, y algunos dijeron que no lo llevarían a la cárcel en ninguna otra democracia, mientras que otros enfatizaron que la libertad de expresión tiene sus límites.
El caso es uno de los varios que ha generado presiones sobre las autoridades españolas para que flexibilicen las duras penas por presuntos “delitos de expresión”.
Los manifestantes se enfrentaron con la policía en España en febrero por una pena de cárcel impuesta a otro rapero, Pablo Hasel, por tuits que insultaban a la policía y a la monarquía.
Bélgica también está en el centro de otro caso de extradición de alto perfil que involucra a las autoridades españolas por el fugitivo líder separatista catalán Carles Puigdemont.
Puigdemont vive en Bélgica desde 2017, después de huir de España para evitar ser procesado por un fallido intento catalán de declarar la independencia.
