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Varios miles de manifestantes marcharon en Bruselas el domingo (9 de enero) para oponerse a las regulaciones contra el coronavirus, mientras los gobiernos europeos reflexionan sobre reglas más estrictas frente a la ola omicron.
No se repitió la violencia que había empañado las manifestaciones anteriores más grandes en la capital belga, aunque la policía intervino para rodear a un pequeño grupo que se acercó a la sede de la UE.
Mientras marchaba por la ciudad, la multitud, de 5.000 personas según la policía, coreó «¡libertad, libertad!» y blandieron pancartas denunciando lo que llamaron una “dictadura de las vacunas”.
Antes de que comenzara la marcha, la policía detuvo a 11 sospechosos que portaban fuegos artificiales. Treinta arrestos más se realizaron al final después de que un pequeño grupo arrojara «proyectiles» a los agentes antidisturbios, dijo la fuerza.
Bélgica requiere que los residentes muestren un certificado COVID para ingresar a bares, restaurantes y eventos culturales, y ha habido varias protestas callejeras recientes.
El domingo, el ministro de Salud, Frank Vandenbroucke, convocó, en una entrevista televisiva, a un debate parlamentario sobre reglas más estrictas, ya que Bélgica ve cómo los casos de COVID se disparan a medida que la variante omicron se afianza.
“Las mentes de la gente están cambiando”, dijo. “Hace un año decía: la vacunación obligatoria no es una buena idea, tenemos que convencer a la gente.
“Ahora, sabiendo que realmente necesitamos vacunar al 100% de la población, lo cual no era nuestra idea hace un año, pensamos que 70 era suficiente, todavía necesitamos algún tipo de adopción generalizada”.
Esta no es una idea que probablemente encuentre mucho apoyo entre los manifestantes, quienes portaban las banderas de una diversa gama de grupos políticos, pero estaban unidos en oposición a las medidas obligatorias.
“Es una gestión de crisis completamente absurda que afecta enormemente a las libertades y que conducirá a un sistema al estilo chino si dejamos que suceda”, dijo una, que se llamó Danielle.
Las marchas anteriores se convirtieron en batallas callejeras con la policía, que ha desplegado gases lacrimógenos y cañones de agua en las últimas semanas, pero la del domingo terminó de manera relativamente ordenada en medio de estrictas medidas de seguridad.
La policía antidisturbios erigió barricadas de alambre de púas en las carreteras que conducen a los edificios de la sede de la Unión Europea y desplegó drones y dos camiones con cañones de agua.
Entre el 30 de diciembre y el 5 de enero, Bélgica registró un promedio de 17,513 nuevas infecciones diarias por coronavirus, un 96% más que la semana anterior y 169 hospitalizaciones por día, un 28% más.
