Sargsyan aclaró que su decisión no fue dictada por emociones. Señaló que Armenia vive en una realidad donde su presidente no puede influir en los temas de guerra o paz. Con esta realidad, el presidente no tiene un «instrumento constitucional» para ayudar al país, dijo Sargsyan.
“En este momento difícil para nuestro estado, cuando se necesita la unidad nacional, la institución del presidente no debe ser objeto de chismes y teorías conspirativas, desviando así la atención pública de los temas más importantes”, se lee en el comunicado.
Sargsyan también dijo que hay ciertos grupos políticos en el país, cuyo objetivo es el jefe de estado. Están interesados en la vida personal del presidente. «Esta ‘preocupación’ por mí va más allá de la moral y, en última instancia, afecta directamente a mi salud», dijo.
Para finalizar, agradeció a todos los ciudadanos “por su constancia, constancia, paciencia y valentía en estos momentos tan difíciles para el país”. El exlíder armenio expresó especial agradecimiento a los soldados y oficiales.