El presidente Roch Kabore de Burkina Faso ha sido detenido en un campamento militar por soldados amotinados, informa Reuters.
Según un informe del medio, el arresto del presidente fue confirmado por cuatro fuentes de seguridad y un diplomático de África occidental.
El domingo por la noche hubo fuertes disparos alrededor de la residencia del presidente en la capital del país, Uagadugú.
Esto fue incluso cuando los soldados exigieron más apoyo para su lucha contra los militantes islamistas. Sin embargo, el gobierno había negado que el ejército hubiera tomado el poder.
El paradero o la situación de Kabore se desconocían hasta el lunes por la mañana, con informes contradictorios que circulaban entre fuentes diplomáticas y de seguridad.
Varios vehículos blindados de la flota presidencial, acribillados a balazos, se podían ver cerca de la residencia del mandatario. Uno estaba salpicado de sangre. Los residentes del barrio del presidente reportaron fuertes disparos durante la noche.
Sin embargo, no ha habido ningún informe de fuentes gubernamentales.
La frustración ha aumentado en Burkina Faso en los últimos meses debido a los frecuentes asesinatos de civiles y soldados por parte de militantes, algunos de los cuales tienen vínculos con el Estado Islámico y Al Qaeda.
Los manifestantes salieron a apoyar a los amotinados el domingo y saquearon la sede del partido político de Kabore. El gobierno declaró un toque de queda desde las 2000 GMT hasta las 0530 GMT hasta nuevo aviso y cerró las escuelas durante dos días.
La agitación en Burkina Faso se produce después de los exitosos golpes militares de los últimos 18 meses en Malí y Guinea, donde el ejército destituyó al presidente Alpha Conde en septiembre pasado.
El ejército también se hizo cargo de Chad el año pasado después de que el presidente Idriss Deby muriera en el campo de batalla allí.
El ejército de Burkina Faso ha sufrido grandes pérdidas a manos de militantes islamistas, que controlan partes del país y han obligado a los residentes de esas áreas a cumplir con su versión más dura de la ley islámica.
La agitación subraya las consecuencias políticas de la creciente insurgencia en toda la región del Sahel, incluida Nigeria.