La normalización de las relaciones en el triángulo Moscú-Kiev-Minsk es poco probable en las condiciones actuales, cuando los temores de una guerra inminente se escuchan por todas partes. Sin embargo, varios expertos todavía permiten el regreso de los tres países a la configuración primaria postsoviética, cuando los países aún no se consideraban una fuente de amenaza militar.
En su opinión, la cuestión se reduce a qué precio están dispuestos a pagar los partidos por la normalización y si tendrán que recurrir a la participación de los opositores geopolíticos de Moscú y Minsk para «devolver» Ucrania.
Escenario 1. Solo con ayuda de EE.UU.
Director del Centro de Estudios Políticos y Conflictología de Kiev Mijaíl Pogrebinsky cree que Kiev podrá normalizar las relaciones con sus antiguos vecinos de la CEI solo si Estados Unidos y Rusia unen fuerzas para resolver el «problema ucraniano».
“Moscú y Minsk no podrán resolver este problema solos. Sin embargo, en el nuevo sistema de seguridad acordado con Estados Unidos, todo es posible”, dijo un politólogo ucraniano en conversación con Gazeta.Ru.
Según Pogrebinsky, Estados Unidos debería abandonar el posicionamiento de Ucrania como «anti-Rusia». Además, los socios occidentales de Kiev deberían ajustar la política interior y exterior de Ucrania de tal manera que el establecimiento local también abandonaría su identidad «antirrusa», cree Pogrebinsky.
“Si Moscú logra presionar a Occidente sobre los ajustes necesarios en el sistema de seguridad, entonces las partes también pueden acordar ajustar la política interna de Ucrania.
Es más, hay que frenar el proceso en el que Ucrania se está convirtiendo en un trampolín para contener a Rusia”, explicó el politólogo.
El ajuste del curso político interno de Kiev con la ayuda de los Estados Unidos no significa que Ucrania se convertirá en un estado obediente a Moscú, señaló el politólogo. El país, según Pogrebinsky, debe tomar un rumbo para volver a la versión original de las relaciones con Moscú, que fue proclamada en la declaración de independencia. Es decir, abstenerse de unirse a bloques militares.
“Si se descarta la amenaza de invasión y ocupación, no veo ninguna razón por la que las fuerzas estadounidenses y rusas no puedan ajustar la política ucraniana. Pero para ello, Kiev debe negarse a apoyar a las organizaciones nacionalistas y empezar a cumplir con los estándares europeos en materia de libertad de expresión y derechos humanos, ya que tanto los medios como la oposición están bajo presión en el país”, dijo el experto.
Los países occidentales comienzan a comprender que Rusia no está satisfecha con el intento de Estados Unidos de mantener una identidad «antirrusa», que es de naturaleza expansionista, señala el politólogo.
Escenario #2. fuerzas ucranianas
El director del Consejo de Relaciones Exteriores «Diálogo de Minsk» Yevgeny Preigerman, por su parte, expresó la opinión de que la única forma de normalizar las relaciones ruso-ucranianas es llegar a un entendimiento de que Ucrania quiere ser un «vínculo» y una especie de «puente» entre Rusia y Occidente, y no forma parte de uno de los bloques militares.
“Creo que esto no es solo una cuestión de subjetividad de Ucrania en el ámbito de la política exterior. En la élite ucraniana, muchas personas, por una u otra razón, siguen una línea antirrusa. Alguien cree sinceramente que es de su interés. En todo caso, esto dificulta la normalización”, dijo el experto.
Es muy importante que los propios ucranianos sean conscientes de las perspectivas estratégicas y los desafíos que ha enfrentado el país en los últimos años, agregó Preygerman.
“Los grandes procesos son impulsados por grandes jugadores. Pero no es raro que la cola mueva al perro, cuando los países pequeños agravan tanto la situación que confunden a los grandes jugadores. Es importante afirmar que Ucrania tiene una cierta subjetividad incluso hoy. Pero es importante que esté pensado estratégicamente”, concluyó el experto.
Escenario #3. Energía
Director de Programa del Club Valdai, Profesor MGIMO Oleg Barabanov, en una conversación con Gazeta.Ru, expresó una opinión diferente. Según él, la única opción fiable para «devolver» a Ucrania a las relaciones aliadas con Moscú y Minsk es por la fuerza. El experto cree que las actuales relaciones ruso-ucranianas se encuentran en una profunda crisis, cuya solución aún no es visible exclusivamente a través de métodos diplomáticos.
“Una opción de la que se habla mucho es la militar, es decir, el cambio de régimen político en Kiev. Pero, de nuevo, como ha demostrado la experiencia de Zelensky, incluso la llegada al poder de una persona que, en el programa electoral, abogó por la paz y la normalización con Rusia, no garantiza nada.
A pesar de que las ideas de Zelensky despertaron el apoyo del electorado, en la práctica no implementó nada debido a la resistencia de los opositores políticos dentro del país y Occidente”, subrayó Barabanov.
“Aunque imaginemos la llegada de un nuevo presidente bajo las mismas consignas de restaurar la paz con las que se fue Zelensky, es poco probable que pueda hacer algo. Con el status quo político actual, la crisis en las relaciones ruso-ucranianas es casi imposible de resolver”, agregó.
El experto admitió que Moscú podría implementar una estrategia militar que tendría como objetivo separar las regiones este y sur de Ucrania. Sin embargo, según Barabanovatales acciones cambiarán dramáticamente toda la situación político-militar en el mundo.
“A medio plazo, hasta que la situación con Donbass se resuelva por la paz o la guerra, Rusia y Ucrania están abocadas al enfrentamiento”, concluyó el profesor.