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A medida que avanzan los trabajos de la Conferencia sobre el futuro de Europa, los enfrentamientos dentro de la Conferencia se hacen evidentes. La última plenaria proporcionó un ejemplo interesante y un debate esclarecedor.
Roberto Castaldi es el editor en jefe de EURACTIV Italia y el director de investigación del Centro Internacional para la Gobernanza Europea y Global (CesUE).
Por un lado, los ciudadanos piden ser escuchados. Muchas intervenciones destacaron la petición de que las instituciones europeas y los gobiernos nacionales escuchen las propuestas y peticiones de los ciudadanos. Este experimento de democracia participativa debe tomarse en serio. Por otro lado, las instituciones europeas se pelean entre sí, en cuanto a qué hacer con los resultados de la Conferencia.
Fue particularmente interesante ver al líder del Grupo PPE en el Parlamento Europeo, Manfred Weber, afirmando que las decisiones al final de la Conferencia deberán ser tomadas por unanimidad por los distintos componentes. Esta es la posición que el Consejo suele apoyar.
Pero, ¿se refería Weber a las 3 instituciones que lo presiden, es decir, el Parlamento, la Comisión y el Consejo? ¿O también los parlamentos nacionales, la sociedad civil y el ciudadano? ¿Y por qué tomará tal posición si el Parlamento, incluido el copresidente de la Conferencia, Guy Verhofstadt, siempre ha cuestionado este punto de vista en el pasado? La Vicepresidenta de la Comisión y copresidenta de la Conferencia, Dubravka Šuica, respondió que la conclusión de la Conferencia se decidirá al final, pero lo crucial es escuchar a los ciudadanos. en exclusiva entrevista con EURACTIV Šuica dijo que la Comisión está lista para apoyar la reforma de los tratados si esta es la solicitud de los ciudadanos.
Este bien puede ser el caso. Entre las recomendaciones propuestas por los Paneles de Ciudadanos Europeos que ha discutido el Pleno también estaba la petición de una Constitución Europea. Los dos temas más discutidos en la plataforma digital de la Conferencia son la democracia europea y el cambio climático. Y sobre el primer tema, muchas propuestas implican cambios en el Tratado.
Al comienzo de la Conferencia, David Sassoli, en ese momento presidente del Parlamento Europeo, se comprometió con el Parlamento a presentar los resultados de la Conferencia y las propuestas de los ciudadanos, subrayando que los cambios en el Tratado no deben ser tabú. La nueva presidenta del Parlamento, Roberta Metsola, se comprometió a seguir el camino de Sassoli. Pronto veremos cuál es la posición del Parlamento.
Tanto el Parlamento como la Comisión tienen la facultad de proponer modificaciones de los Tratados. Si se presenta una propuesta de este tipo, un voto por mayoría simple en el Consejo es suficiente para desencadenar un nuevo Convenio y un proceso de reforma del Tratado. El programa del gobierno alemán apoyó la idea de que la Conferencia debería iniciar un proceso constituyente hacia un estado federal europeo. Esto claramente aumenta las expectativas sobre los resultados de la Conferencia y aumenta las posibilidades de una reforma del Tratado.
Podemos esperar muchas más peleas en los próximos meses sobre los resultados de la Conferencia y su seguimiento. Es probable que la institución que tenga el coraje de asumir las propuestas de los ciudadanos para redactar una reforma del Tratado coherente y global sea la que más se beneficie en términos políticos y se fortalezca en el camino.
