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Exactamente dos años después de que se confirmara el primer COVID-19 en el continente africano, las perspectivas para 2022 siguen siendo positivas en términos de control de la pandemia, según la Organización Mundial de la Salud.
“El continente africano se ha vuelto más inteligente, rápido y mejor para responder a cada nuevo aumento de casos de COVID-19”, dijo el Dr. Matshidiso Moeti, Director Regional de la OMS para África, en la conferencia de prensa más reciente de la OMS. “Contra todo pronóstico, incluidas las enormes desigualdades en el acceso a la vacunación, hemos resistido la tormenta de la COVID-19 con resiliencia y determinación, informados por la larga historia y la experiencia de África en el control de brotes”.
Si bien solo el 11 % de la población adulta está completamente vacunada contra la COVID-19, el acceso a las vacunas ha mejorado. Las naciones africanas han fortalecido las capacidades de sus unidades de cuidados intensivos y sus suministros de oxígeno, aunque el costo y la disponibilidad de oxígeno siguen siendo complicados. Y el número de laboratorios capaces de detectar el COVID-19 ha pasado de dos a más de 900.
Aún así, más de 242.000 personas han muerto a causa del virus desde que las naciones africanas comenzaron su batalla contra el COVID-19. Las consecuencias económicas han llevado a 40 millones de personas a la pobreza extrema en el continente, según cifras del Banco Mundial.
“Aunque COVID-19 estará con nosotros a largo plazo, hay luz al final del túnel”, dijo Moeti. “Este año podemos terminar con la interrupción y la destrucción que el virus ha dejado a su paso y recuperar el control de nuestras vidas”.
Imagen: archivo de la OMS
