Doce candidatos, incluido el titular Emmanuel Macron, se postulan para el puesto más alto. Si ninguno de ellos recibe más del 50% de los votos, los dos primeros candidatos se enfrentarán en una segunda vuelta el 24 de abril.
Macron busca convertirse en el primer presidente francés en ganar la reelección desde Jacques Chirac en 2002.
El centrista Macron se enfrenta a una letanía de rivales de los extremos políticos, incluida Marine Le Pen, la abanderada de la extrema derecha francesa desde hace mucho tiempo; el experto en televisión y autor Eric Zemmour; y el agitador izquierdista Jean-Luc Melenchon.
La mayoría de los analistas dijeron que la contienda sería un referéndum sobre el ascenso de la derecha francesa, pero la guerra en Ucrania anuló esas expectativas.
El presidente propuso un impuesto más alto sobre el diésel al principio de su mandato que desencadenó el movimiento de los chalecos amarillos, una de las protestas más prolongadas de Francia en décadas. Su historial en la pandemia de covid-19, la otra crisis definitoria de su presidencia, no es claro. La política característica de Macron durante la era del covid (requerir que las personas muestren pruebas de vacunación para continuar con sus vidas con normalidad) ayudó a aumentar las tasas de vacunación, pero encendió a una minoría que se oponía a su presidencia.
Macron hasta ahora ha hecho muy poca campaña y se negó a debatir con sus oponentes. Los expertos creen que su estrategia fue evitar el mayor tiempo posible la confusión política para lucir su imagen como la más presidencial de todos los candidatos.
Le Pen, por su parte, ha realizado una campaña más convencional este año en comparación con su último intento por ganar la presidencia. Si bien el control de la inmigración sigue siendo su prioridad de campaña, suavizó su tono anti-islámico y abandonó sus llamados a Francia para que abandone la Unión Europea, especialmente a raíz del Brexit, para ganarse a los votantes de fuera de su base.
Los analistas políticos dicen que el enfoque de Le Pen en el aumento del costo de vida podría generar dividendos, ya que los precios en alza de los bienes cotidianos y la energía se encuentran entre las principales preocupaciones del electorado.
Muchos expertos también esperaban que la guerra perjudicara las campañas de Le Pen y Zemmour, ya que ambos habían hablado con cariño del presidente ruso, Vladimir Putin. Le Pen eliminó un folleto de campaña con una foto de ella visitando al líder ruso, mientras que Zemmour se retractó después de que prometió que Putin nunca invadiría Ucrania.
Nathalie Loiseau, miembro del Parlamento Europeo y la primera ministra de asuntos europeos de Macron, le dijo a CNN que cree que el presidente francés está motivado por «un sentido del deber».
“Él no lo hace por razones electorales. Lo hace porque cree que tiene que hacerlo”, dijo.
Pero la decisión de Macron de renunciar a la campaña en lugar de buscar una solución diplomática a la crisis en Ucrania, ya sea motivada por la política o los principios, podría resultar un lastre.
«Esto no es gratificante. No tendrá una gran victoria. Él lo sabe. Pero tiene que hacerlo», dijo Loiseau.