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La recuperación económica que siguió a los impactos de la pandemia de COVID en el África subsahariana se vio interrumpida por los impactos de la guerra en Ucrania, y el Fondo Monetario Internacional (FMI) ahora recortó sus estimaciones de crecimiento proyectadas para 2022 a un 3,8% más lento.
“La invasión rusa de Ucrania ha provocado un fuerte aumento en los precios de las materias primas, tensando los equilibrios fiscales y externos de los países importadores de materias primas y aumentando las preocupaciones sobre la seguridad alimentaria en toda la región”, dijo el FMI en un comunicado el jueves.
Con esos shocks económicos viene un mayor riesgo de conflicto debido a las posibles tensiones sociales, ya que los gobiernos africanos luchan frente a las peores tasas de inflación desde la crisis económica mundial de 2008.
“Los precios más altos del petróleo pueden generar ganancias extraordinarias para los ocho exportadores de petróleo de la región”, dijo Abebe Aemro Selassie, jefe de su Departamento de África, refiriéndose a Nigeria, Angola y otros productores líderes. “Pero para los otros 37 países, empeorarán los desequilibrios comerciales y aumentarán los costos de vida”.
Once países enfrentarán una inflación de dos dígitos, y Selassie señaló que los índices de deuda pública se encuentran en niveles que no se han visto en dos décadas y que muchas naciones de bajos ingresos se están acercando o están agobiadas por la deuda, con opciones de políticas limitadas restantes. El FMI enfatizó la necesidad de cooperación entre los estados, como a través del acuerdo del Área de Libre Comercio Continental Africana (AfCFTA).
La crisis también está descarrilando los esfuerzos que se necesitan con urgencia para abordar el cambio climático.
“El cambio climático, dada la exposición del África subsahariana a los desastres relacionados con el clima y la dependencia de la agricultura de secano, significa que la inversión en adaptación es crítica”, dijo Selassie.
“El apoyo financiero internacional seguirá siendo fundamental para ayudar a financiar el costo de la adaptación, permitir que el África subsahariana aproveche las oportunidades que ofrece la transición hacia una economía más verde y garantizar un acceso justo y asequible a la energía”.
Imagen: archivo del FMI
