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Cientos de tunecinos se manifestaron el domingo en una muestra de apoyo al presidente Kais Saied y una serie de medidas extraordinarias que tomó desde julio pasado que los críticos han calificado como un “golpe de estado”.
Los mítines vienen como dicho enfrenta crecientes críticas por su toma de poder de julio de 2021, en la que despidió al gobierno y suspendió el parlamento antes de pasar a gobernar por decreto.
Los manifestantes se reunieron en la céntrica avenida Bourguiba de la capital, el epicentro de las grandes protestas que derrocaron al exlíder Zine El Abidine Ben Ali en 2011, en respuesta a un llamado de una alianza pro Saied.
Sostenían pancartas que decían «Todos somos Kais Saied» y exigían el enjuiciamiento de los políticos «corruptos», haciéndose eco de un estribillo frecuente pronunciado por el jefe de estado.
Los críticos han advertido que los movimientos de Saied marcan un cambio hacia la autocracia, amenazando la única democracia que surgió de la 2011 Primavera árabe levantamientos
A fines de abril, varios tunecino los partidos de oposición anunciaron la formación de un Frente de Salvación Nacional para «salvar» al país de la profundización de la crisis política.
El destacado izquierdista Ahmed Nejib Chebbi dijo en ese momento que la alianza tenía como objetivo unir las fuerzas políticas, restablecer los procesos constitucionales y democráticos y garantizar las libertades y los derechos en el país.
Saied anunció a principios de mayo el lanzamiento de un “diálogo nacional” para ayudar a resolver la crisis, pero excluyó a los grupos de oposición críticos, incluidos sus archirrivales, el partido de inspiración islamista Ennahdha.
Paralelamente a la agitación política, Túnez se ha visto afectada por una grave crisis social y económica, y ha buscado un paquete de préstamos del Fondo Monetario Internacional.
(AFP)