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El presidente de la República Democrática del Congo, Felix Tshisekedi, dijo el domingo que «no había dudas» de que Ruanda respaldaba una rebelión en su territorio, pero insistió en que todavía buscaba relaciones pacíficas con Kigali.
Sus comentarios fueron solo el último intercambio en el contexto del resurgimiento de los rebeldes del M23 activos en el este del país, cerca de la frontera con Ruanda.
«Siempre he sostenido que hay que construir puentes en lugar de muros», dijo Tshisekedi en la televisión estatal, en sus primeras declaraciones públicas sobre la creciente crisis entre los dos países.
«Desafortunadamente, hoy estamos donde estamos».
República Democrática del CongoLos vecinos de Cuba no deben confundir su deseo de paz con debilidad, agregó.
“Eso no constituye una oportunidad para que los vecinos vengan a provocarnos”, dijo.
«Espero que Ruanda haya aprendido esta lección, porque hoy está claro, no hay duda, Ruanda ha apoyado al M23 para que venga y ataque a la RDC».
Tshisekedi hablaba mientras visitaba el vecino occidental de Kinshasa, Congo-Brazzaville, para conversar con el presidente Denis Sassou Nguesso.
Kinshasa acusó a Ruanda de respaldar a los rebeldes del M23, que han estado involucrados en una serie de enfrentamientos con el ejército desde finales de mayo, acusaciones que Kigali ha negado.
Kinshasa suspendió los vuelos de la aerolínea ruandesa RwandAir entre los dos países y convocó al embajador de Ruanda para advertirle sobre la posición del país.
Las relaciones entre la RDC y Ruanda han sido tensas desde que los hutus ruandeses acusados de masacrar a los tutsis durante el genocidio de Ruanda de 1994 llegaron en masa al este de la RDC.
La relación comenzó a descongelarse después de que el presidente congoleño, Felix Tshisekedi, asumiera el cargo en 2019, pero el reciente resurgimiento de la violencia del M23 ha reavivado las tensiones regionales.
Tanto la Unión Africana como la ONU han pedido calma.
Los combatientes del M23 capturaron Goma en 2012 antes de que el ejército los expulsara de la ciudad y aplastara su rebelión.
Sin embargo, la milicia volvió a tomar las armas a finales de 2021 tras acusar al Gobierno de no haber respetado un acuerdo de 2009 que preveía la incorporación de sus combatientes al ejército.
(AFP)