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En la mañana del 29 de julio, pocas horas después de que más de 50 prisioneros de guerra ucranianos fueran asesinado en un centro de detención en la región de Donetsk, un reportero ruso en el lugar mostró restos de un cohete HIMARS de fabricación estadounidense.
Fue el comienzo de una ofensiva mediática rusa en toda la cancha, con un mensaje tan cínico como brutal. Ucrania, según la versión de los hechos de Moscú, había matado a sus propios soldados con un ataque HIMARS porque no quería que confesaran crímenes de guerra y para disuadir a otros de rendirse.
Un alto funcionario de la autoproclamada República Popular de Donetsk (RPD) respaldada por Rusia, Eduard Basurin, afirmó que “después de que los prisioneros de guerra ucranianos comenzaron a hablar sobre los crímenes que cometieron por orden de las autoridades políticas de Ucrania, un golpe fue golpeado aquí”.
Ucrania negó con vehemencia las afirmaciones, y el presidente Volodymyr Zelensky calificó el ataque como «un crimen de guerra deliberado por parte de los rusos».
Muchos de los presos en el centro de detención de Olenivka pertenecían al Regimiento nacionalista Azov. Habían sido trasladados allí después de rendirse en la planta siderúrgica de Azovstal en Mariupol en mayo. Azov es odiado visceralmente por los rusos y el sentimiento es mutuo.
¿Pero Ucrania apuntaría a sus propios soldados, muchos considerados héroes por su resistencia en Azovstal — incluso mientras dormían?
Una investigación de CNN basado en el análisis de videos y fotografías de la escena, imágenes satelitales de antes y después del ataque y el trabajo de expertos forenses y de armas concluye que la versión rusa de los hechos es muy probable que sea una invención. Casi no hay posibilidad de que un cohete HIMARS haya causado daños en el almacén donde se encontraban los prisioneros.
Los expertos consultados por CNN descartan un ataque de HIMARS en Olenivka, pero no pueden decir definitivamente qué mató e hirió a tantos prisioneros. La falta de acceso hace que las conclusiones definitivas sean imposibles. Sin embargo, los expertos dicen que la mayoría de las señales apuntan a un incendio intenso y, según varios testigos, no se escuchó el sonido de un cohete que se acercaba.
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