Las enmiendas propuestas a la Ley del Centro de Inteligencia Financiera deben garantizar una carga regulatoria menor para las pequeñas empresas, según el Instituto de Contadores Certificados de SA.
Autor: Tebogo Mokwena
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JOHANNESBURGO – Las enmiendas propuestas a la Ley del Centro de Inteligencia Financiera (FICA) deben garantizar una carga regulatoria menor para las pequeñas empresas, según la directora de proyectos del Instituto de Contadores Públicos de SA (SAICA), Juanita Steenekamp.
Esta semana, los cambios a la ley, que apuntan a frenar las actividades de lavado de dinero en el sector financiero, fueron discutidos en una reunión parlamentaria por el Comité Permanente de Finanzas.
En su presentación, Steenekamp señaló que sería financiera y estructuralmente imposible para una MIPYME cumplir con las cargas regulatorias que le impone la Ley. También dijo que algunos temas necesitan aclaración y que los costos de cumplimiento no se tomaron en consideración.
“Cuando te registras en el Centro de Inteligencia Financiera, existen ciertas obligaciones de cumplimiento que los pequeños profesionales deben cumplir”, dijo.
“Estos pequeños profesionales ahora tendrán que gastar dinero en medidas regulatorias como incorporación, ciertas validaciones e informes de ciertas transacciones.
“Nuestros miembros, como contadores, ya tienen un código de conducta profesional y, a través del código, están obligados a informar sobre el incumplimiento, pero (las enmiendas propuestas) serían nuevas y tomaría tiempo y (dinero) implementar”, dijo. dijo.
Steenekamp recomendó que se utilicen requisitos normativos menores, como el valor de transacción u otros mecanismos similares, para administrar el riesgo de las MIPYMEs al tratar con diversas transacciones financieras que ocurren a través de sus prácticas.
Sin embargo, el Gerente Ejecutivo de Asuntos Legales y Políticas del Centro de Inteligencia Financiera, Pieter Smit, dijo que las enmiendas requerirían el cumplimiento tanto de las empresas grandes como de las pequeñas.
“No debemos cometer el error de suponer que una pequeña empresa solo trata con clientes de bajo riesgo, ya que eso no es necesariamente cierto”, advirtió.
Smit también señaló que el alcance actual de la Ley ya incluía una gran cantidad de pequeñas empresas, como las del sector legal, y también estaban obligadas a cumplir con las medidas.
“La carga de cumplimiento que debe asumir una institución está en función del tipo de negocio en el que se encuentra, el tipo de servicio que brinda y el tipo de cliente con el que elige tratar”, dijo.
“Por ejemplo, un abogado que facilita transacciones de exportación para instituciones de la industria química estaría lidiando con transacciones de muy alto riesgo, clientes de alto riesgo (y) ubicaciones geográficas de alto riesgo.
“El hecho de que sea una empresa pequeña no reduce el riesgo del negocio en el que está operando”.