Sin más diálogo entre las instituciones, los sindicatos y la sociedad civil, Europa verá el caos y el ascenso de la extrema derecha, dijo el presidente de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), Laurent Berger, a EURACTIV Francia en una entrevista exclusiva.
Lea la entrevista original en francés aquí.
Los resultados de las elecciones generales italianas generaron preocupación en Bruselas, ya que el bloque de derecha, encabezado por la líder del partido de extrema derecha Fratelli d’Italia, Giorgia Meloni, obtuvo un récord del 26% de los votos. Según Berger, Meloni representa “todo aquello contra lo que se opone el sindicalismo europeo”.
“El sindicalismo europeo e internacional se construyó sobre la solidaridad y el progresismo. Pero la extrema derecha es la antítesis de estos valores”, dijo, y agregó que temía que Europa pudiera volverse contra sí misma.
“Tomemos como ejemplo a Hungría, Polonia, Italia o incluso Suecia. La extrema derecha siempre sale ganando en las elecciones”, explicó Berger, subrayando que Europa nunca ha disfrutado de libertad, igualdad y fraternidad en regímenes extremistas.
“A los trabajadores europeos no les interesa cerrar las fronteras, que es lo que pide la extrema derecha. Dada la economía globalizada en la que nos encontramos, Europa es vista como una zona de protección de los derechos sociales”.
Ante este desafío, Berger destacó la necesidad de que los sindicatos europeos defiendan sus valores europeos.
“Como presidente de la CES, insisto sobre todo en el hecho de que todos los sindicatos europeos deben permanecer fieles a sus valores europeos”, Berger dijo. El sindicalismo, dijo, está ahí para demostrar que hay “otro camino que la extrema derecha”.
“Debemos ofrecer soluciones concretas a los grandes cambios en el trabajo, o en nuestro sistema productivo ante el cambio climático. Podemos acompañar a los trabajadores en su vida diaria”, argumentó, enfatizando la necesidad de que los sindicatos basen sus políticas en la preocupación real de los trabajadores europeos: el desempleo.
Evaluación de la CES
Hablando sobre el progreso logrado por la CES a nivel europeo desde que se convirtió en su presidente, Berger destacó la nueva directiva sobre el salario mínimo de la UE, adoptada por una abrumadora mayoría en el Parlamento Europeo a mediados de septiembre.
“Luchamos por un salario mínimo europeo para proteger a los trabajadores y lo ganamos”, dijo.
“Hoy estamos trabajando en la Directiva de Trabajadores de Plataforma, para adaptar la legislación a nuestra nueva realidad y facilitar la recalificación de los trabajadores de plataforma cuando sea necesario”, continuó, y agregó que los sindicatos también han sido fundamentales para poner en marcha los mecanismos de solidaridad y apoyo a los trabajadores durante la pandemia de COVID-19.
Pero a pesar de estos logros, Berger todavía ve una distancia entre el sindicalismo europeo y los trabajadores europeos. Según él, existe una necesidad urgente de “construir compromisos a nivel europeo” para fomentar un mayor diálogo social, en particular con las organizaciones de empleadores.
Berger criticó a BusinessEurope, la asociación de empresarios europeos, que para él es más parecida a un grupo de presión que a una organización sindical.
Sin embargo, se negó a calificar a la UE actual de “ultraliberal”, argumentando en cambio que es una unión social-liberal.
disturbios franceses
Berger también ocupa el cargo de secretario general de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT). La organización ha expresado abiertamente la forma en que el gobierno francés quería implementar una reforma de pensiones muy debatida, que elevaría la edad legal de jubilación de 62 a 64 años para 2027 y a 65 para 2031.
Según Berger, cambiar la edad de jubilación no es una solución.
“Primero debemos permitir que los trabajadores completen sus carreras y tener en cuenta la intensificación del trabajo”, dijo, y abogó por una “jubilación gradual” donde las horas de trabajo podrían reducirse en los últimos años de carrera, según los deseos de la individual.
Sin embargo, deploró las “divisiones” del sindicalismo francés, que tiene más organizaciones sindicales que la mayoría de los países de la UE, y pidió a los sindicatos franceses que se reorganizaran para tener un mayor impacto.
“Italia, España, Bélgica y Suecia no tienen más de tres organizaciones sindicales. ¡En Francia tenemos ocho!”.
Sin embargo, advirtió contra la formación “inalcanzable e indeseable” de una sola confederación, como es el caso de Alemania, argumentando que el diálogo entre sindicatos e instituciones era primordial.
Tras la promesa del presidente francés, Emmanuel Macron, de disolver la Asamblea Nacional si los partidos de oposición aprobaban un voto de censura en respuesta a su reforma, Berger dijo a EURACTIV que temía que Macron estuviera siendo atrapado por viejos demonios.
“Después de su reelección, él [Macron] anunció que quería promover una dinámica de diálogo”, dijo.
“Sin embargo, ya podemos ver que el presidente está volviendo a su religión inicial, que es creer que con unas pocas personas en una oficina, todo se puede arreglar”.
[Edited by Nathalie Weatherald/Zoran Radosavljevic]