SYDNEY (Reuters) – La mayor empresa de telecomunicaciones de Australia, Telstra Corp Ltd, dijo el martes que sufrió lo que denominó una pequeña filtración de datos, una revelación que se produce dos semanas después de que su principal rival, Optus, sufriera un ataque cibernético masivo.
Telstra, que tiene 18,8 millones de cuentas de clientes equivalentes a las tres cuartas partes de la población de Australia, dijo que la intrusión de una organización externa expuso algunos datos de empleados que datan de 2017.
Según los medios locales, un correo electrónico interno del personal de Telstra puso el número de empleados actuales y anteriores afectados en 30,000.
Los datos que se tomaron eran «de naturaleza muy básica», limitados a nombres y direcciones de correo electrónico, dijo un portavoz de la compañía en un comunicado.
«Creemos que se ha puesto a disposición ahora en un intento de sacar provecho de la violación de Optus», dijo el portavoz sin dar más detalles.
Telstra no comentó sobre la cantidad de personas afectadas o cuándo ocurrió la infracción, pero dijo que solo afectó al personal actual y anterior.
Los sectores de telecomunicaciones, financiero y gubernamental de Australia han estado en alerta máxima desde que Optus reveló el 22 de septiembre que se había producido una violación de sus sistemas que podría haber comprometido las cuentas de hasta 10 millones de personas. Los datos expuestos incluían domicilios particulares, licencias de conducir y números de pasaporte.
El propietario de Optus, Singapore Telecommunications Ltd, ha dicho que está evaluando el costo potencial del ataque, mientras que los bufetes de abogados contemplan demandas colectivas.
El gobierno australiano, que cree que la violación se debió a una brecha de seguridad básica, ha seguido criticando a Optus por describir el ataque como sofisticado y por los retrasos en la actualización de los clientes afectados.
«La alta gerencia de Optus se engaña a sí misma si quiere una medalla por la forma en que se ha estado comunicando», dijo el martes a los periodistas el ministro de Servicios Gubernamentales, Bill Shorten.
«Ni siquiera un cocodrilo se lo va a tragar».
Un portavoz de Optus se negó a comentar sobre los comentarios de Shorten, pero dijo que la compañía estaba trabajando lo más rápido posible para proporcionar actualizaciones precisas a los clientes afectados.