Arranca 39º período de sesiones de la CEPAL en Buenos Aires
El presidente argentino, Alberto Fernández, y el secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), José Manuel Salazar-Xirinachs, inauguraron el lunes el 39º período de sesiones del organismo de las Naciones Unidas en Buenos Aires.
En el evento también participó el Canciller de Costa Rica, Arnoldo Andre Tinoco, en representación del país donde se llevó a cabo el anterior encuentro para entregar formalmente el testigo a los organizadores de este año.
El evento del lunes en el Centro Cultural Kirchner (CCK) de la capital argentina contó con un mensaje grabado del secretario general de la ONU, António Guterres, quien agradeció a la CEPAL “por buscar soluciones innovadoras basadas en la cooperación multilateral”.
“Además de los impactos de la pandemia, también están los derivados de la guerra en Ucrania. La CEPAL estima que 16 países no han recuperado sus niveles de PIB previos a la pandemia”, dijo Guterres.
El diplomático portugués también destacó que el objetivo de la CEPAL era “dinamizar los sistemas productivos e impulsar la inclusión social, una transición verde y una revolución digital justa”.
También pidió la implementación de un plan de estímulo para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para proporcionar un impulso masivo para el desarrollo sostenible en los países, incluidos los países de ingresos medios en medio de una situación global “crítica”.
El presidente Fernández dijo que “la coyuntura actual nos exige una mirada crítica y respuestas innovadoras para diseñar políticas y soluciones hechas en y para América Latina y el Caribe”.
Agregó que en América Latina “la brecha entre ricos y pobres es la más grande del mundo”, y llamó a “buscar caminos para no postergar el desarrollo de sociedades que necesitan crecer en un marco de mayor equidad”.
“El hecho de haber sobrevivido a un tiempo tan tremendo nos impone el imperativo ético de cambiar este presente. Es hora de derribar muros y construir puentes. Tenemos el deber moral de unirnos en este esfuerzo común”, exhortó Fernández.
Salazar-Xirinachs subrayó que América Latina y el Caribe “necesita y desea políticas audaces y transformadoras que ofrezcan soluciones realistas y pragmáticas a sus agudas carencias y brechas económicas, sociales y ambientales, y que resuelvan muchas de sus necesidades más básicas. ”
También destacó la presentación del documento “Hacia la transformación del modelo de desarrollo en América Latina y el Caribe: producción, inclusión y sostenibilidad” para “avanzar, no retroceder”.
En el documento, la CEPAL señaló diez “motores del desarrollo sostenible”, así como un conjunto de políticas monetarias y fiscales para superar las dificultades actuales y avanzar hacia este modelo.
El texto de cinco capítulos menciona la transición energética, la electromovilidad, la economía circular, la bioeconomía, la transformación digital, la fabricación de salud, la economía circular, el turismo sostenible y el aprovechamiento del potencial de las pequeñas y medianas industrias como áreas prioritarias para la transición a un nuevo paradigma de desarrollo.
También apunta a políticas macroeconómicas a nivel regional para acelerar el crecimiento y combatir la inflación a través de políticas monetarias consistentes y medidas fiscales que aceleren la inversión.
“Pronósticos recientes de la CEPAL muestran una desaceleración en el crecimiento de la actividad económica, con un importante estancamiento de la inversión. Asimismo, se prevé una lenta recuperación del empleo, con un aumento considerable de la informalidad. A esto se suma un aumento de la inflación a niveles no vistos desde la crisis financiera mundial, sustentada en una mayor inflación externa y el alto costo de la energía y los alimentos en los mercados internacionales”, dijo la organización.
Según la CEPAL, la tasa de inflación en la región alcanzó 8,4 % en junio pasado, 1,8 puntos porcentuales por encima de la registrada durante la crisis financiera mundial. La CEPAL también estimó que las economías de América Latina y el Caribe crecerán 3,2 % en 2022 y “se espera una fuerte desaceleración con una proyección de crecimiento de 1,4 % en 2023”.
La organización también recomendó promover inversiones y financiamiento para acelerar la transición energética, garantizar el acceso universal a la electricidad, generar empleos verdes y desarrollar cadenas de valor de energías renovables como vectores de desarrollo y seguridad energética.
”CEPAL (2020) demostró que, con inversiones anuales equivalentes al 1,3 % del PIB regional durante una década, se lograría una mayor integración eléctrica regional y el 100 % de energías renovables en la generación eléctrica, con una reducción del 31,5 % de dióxido de carbono (CO2) emisiones, y se crearían siete millones de nuevos empleos verdes, con los correspondientes ingresos salariales”, señala el documento.
Entre los desafíos energéticos, el desarrollo de la cadena de valor del hidrógeno verde se calificó como “imperativo” y “factible”, mientras que se destacó el papel del litio en la transición a la electromovilidad.
”La región puede aprovechar el potencial del hidrógeno verde no solo para la transición energética y la descarbonización de largo plazo de sus economías, sino también para generar un nuevo estilo de desarrollo justo y sostenible”, argumentó la CEPAL. También recomendó aumentar las inversiones en sectores clave para la transformación digital con una duplicación, para 2030, de las inversiones en los sectores de electrónica y TI. La CEPAL llamó entonces a aumentar el gasto público en salud, incluida la industria farmacéutica, mientras que en relación con la economía circular, instó a promover un mejor uso de los materiales en la economía duplicando las inversiones en reciclaje para 2030.
Por su parte, el canciller argentino, Santiago Cafiero, señaló que “la desigualdad nos desafía” a “reducir las brechas” entre países desarrollados y en vías de desarrollo.
Cafiero también explicó que desde su fundación en 1948, la CEPAL ”nunca fue un organismo burocrático, siempre tuvo vida, alma, espíritu” y que ”no se quedó sólo en los principios”.
El ministro anfitrión también dijo que el documento de la CEPAL constituye “una hoja de ruta valiosa, con diagnósticos precisos de la región y de un mundo en incertidumbre”.