Intención de Lula de enmendar el acuerdo comercial Mercosur/UE: UE satisfecha con su redacción actual
El primer choque del presidente electo brasileño con la Unión Europea ocurrió, dada la intención anticipada de Luiz Inácio Lula da Silva de introducir modificaciones al acuerdo comercial Mercosur/UE, discutido durante dos décadas.
En efecto, en vísperas de la segunda vuelta electoral, el periódico Le Monde publicó un artículo en el que destaca una declaración del presidente electo en la que dice que “mejorar los términos del acuerdo Mercosur-Unión Europea nos permitirá incrementar los intercambios comerciales, profundizar nuestros lazos de confianza y reforzar la defensa de nuestros valores comunes”.
En su discurso de victoria de la noche del domingo 30 de octubre, Lula advirtió que quiere “reanudar las relaciones con Estados Unidos y la Unión Europea sobre una nueva base”. Y que no le interesaban los acuerdos comerciales que condenan a Brasil a ser un eterno proveedor de commodities.
La UE respondió a una solicitud de comentarios de la agencia de noticias brasileña Valor enfatizando que el enfoque debe estar en implementar lo que ya se ha acordado.
La vocera comercial Mirian Ferrer dijo: “Creemos que el acuerdo negociado con Mercosur es beneficioso para ambas partes y sentará las bases para fortalecer la cooperación política y sectorial, el comercio y el desarrollo sostenible”.
También agregó: “Esperamos colaborar con las autoridades brasileñas, así como con otros países del Mercosur, para llevar el proceso en curso a una conclusión exitosa. Además, buscamos fortalecer nuestra cooperación en materia de sostenibilidad y deforestación a través de una medida legal adicional”.
La idea de Lula, que eventualmente implicaría reabrir las negociaciones, ya había sido abordada en un viaje a Europa antes de la campaña electoral. Según las fuentes, el presidente electo piensa que Brasil debería obtener más concesiones, por ejemplo, en el campo de la manufactura, y no limitarse a ser proveedor de bienes agrícolas.
No obstante, la posición de Bruselas es que nada cambia. Los europeos siguen exigiendo un compromiso adicional contra la deforestación para finales de año. Según fuentes de Bruselas, este documento europeo aún está siendo formulado por la Comisión Europea y aún no ha sido revisado por los 27 estados miembros.
Reabrir el acuerdo Mercosur-UE después de 20 años de negociaciones complicadas con interrupciones significa retrasar una mejora en las condiciones comerciales bilaterales para las empresas de ambos lados en medio de un escenario geopolítico particularmente tenso.
Mercosur y la UE continúan trabajando en los tecnicismos del acuerdo birregional, concluyendo recientemente temas como la indicación geográfica. Sin embargo, nadie espera que suceda algo pronto porque el equipo de transición presidencial estará preocupado por otros asuntos.
En Bruselas, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en un reciente discurso ante el Parlamento Europeo, ni siquiera mencionó al Mercosur al tratar de los acuerdos comerciales. En cambio, dijo volver a actualizar los acuerdos con México y Chile, pero esos dos no despegarán pronto.
Según la administración de Jair Bolsonaro, el sector privado brasileño no ha pedido reabrir lo que ya se negoció con Europa. En cambio, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, quiere revisar el entendimiento debido a la fragilidad económica del país.
También existe en Brasilia la sensación de que los europeos se equivocaron al no haber cerrado inmediatamente el acuerdo con Mercosur y al no haber acelerado el ingreso de Brasil a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Según evaluaciones del gobierno, muchos líderes en Europa se han opuesto a establecer lazos más fuertes con Brasil en respuesta a la demanda interna de impulsar estándares ambientales más estrictos. Ahora, las empresas europeas quieren invertir en Mercosur pero no disfrutan de las ventajas que les daría el acuerdo interbloques, por ejemplo.