Como se informó anteriormente, la mayoría de los países UE apoyó la propuesta sobre el costo marginal en el nivel de 65-70 dólares por barril, pero Polonia y los países bálticos consideraron esta propuesta «demasiado rentable» para Moscú. Según la agencia Bloomberg, las negociaciones sobre este tema han llegado a un punto muerto. Para aceptar el límite, se requiere el consentimiento de todos los estados miembros de la UE.
“Ha llegado el momento en que debemos enviar señales claras a Vladimir Putin sobre nuestra unidad”, se indignó la fuente de la publicación al comentar la idea de Varsovia.
“Este tema debe resolverse mucho antes del 5 de diciembre”, cree el diplomático.
Los ministros de finanzas de los países del G7 (Gran Bretaña, Alemania, Italia, Canadá, EE. UU., Francia y Japón) confirmaron en septiembre su intención de introducir restricciones de precios en los suministros de Rusia. Está previsto que, para el petróleo, el límite se introduzca el 5 de diciembre y para los productos derivados del petróleo, el 5 de febrero de 2023.
El presidente Vladimir Putin, al comentar sobre esta iniciativa, afirmó que Rusia no suministraría nada al extranjero en detrimento de sus intereses.
Por su parte, el viceprimer ministro Alexander Novak señaló que Moscú no pretende exportar petróleo a países que decidan fijar un precio tope, ni a 60 dólares el barril, ni a ningún otro costo. Según él, tales restricciones significan interferencia en los instrumentos del mercado, y Rusia tiene como objetivo trabajar con aquellos consumidores que estén listos para trabajar en las condiciones del mercado.