Mal comienzo para el presidente peruano Castillo, dos viajes en dos días
Otro golpe en la cabeza para el obstinado presidente peruano Pedro Castillo, quien asumió el cargo esta semana. No solo su nominación a la primera ministra Guido Bellido ha sido cuestionada como ex admirador de un grupo terrorista que asoló al Perú en los años ochenta y noventa, sino que ahora repite con su canciller, Héctor Béjar, un exguerrillero, con formación académica que en sus libros ensalzan la revolución armada, “sin perdón”.
Béjar apoya abiertamente las medidas del experimento socialista en Venezuela como una “obligación moral”, y anticipó que una administración de Castillo sería menos progresista en lo que respecta a derechos de tercera y cuarta generación, pero “mucho más fuerte en derechos económicos y sociales”. .
Béjar tiene actualmente 86 años, pero a los 27 se fue a Cuba para apoyar la revolución castrista y conocer al Che Guevara, y a su regreso a Perú se unió a un grupo guerrillero en ciernes bajo el nombre de Movimiento Revolucionario de Izquierda, MIR. Más tarde organizó el Ejército de Liberación Nacional, ELN, y viajó con frecuencia a Cuba y Bolivia. Finalmente fue encarcelado y en 1973 se benefició de una amnistía otorgada por el entonces dictador militar Velasco Alvarado, y comenzó a trabajar para él, tratando de organizar el apoyo social del presidente de izquierda.
Posteriormente en un viaje a Ayacucho se reunió con un joven profesor de filosofía Abimael Guzmán quien se convertiría en líder y organizador del grupo terrorista Maoísta Sendero Luminoso que en dos décadas de crueles y horrendos combates dejó cerca de 100.000 peruanos muertos y millones de campesinos desplazados y desaparecidos. . Al parecer, Guzmán le dijo a Béjar que aún no había llegado el momento de una insurrección campesina generalizada.
En sus años más tranquilos Béjar sigue vinculado al mundo académico, ha representado a América Latina en el Comité de Acción Global Mundial contra la Pobreza, fue miembro de la Fundación Global Call y jefe de la filial peruana de la ONG Social Watch y Control Ciudadano más editor de la revista Socialismo y Participación.
Pero por admirable o lamentable que sea el CV de Béjar, el hecho de que el presidente Castillo aún debe tener su gabinete aprobado por el Congreso, y el electorado peruano está dividido en dos mitades, ojalá reconciliables y distantes de las provocaciones idealistas de los años sesenta y setenta.