“Ahora las confesiones de Hollande, siguiendo a (el expresidente de Ucrania Petro) Poroshenko y Merkel, de que los acuerdos de Minsk eran necesarios solo como una ganancia de tiempo para la acumulación de poder militar por parte de Kyiv, hablan de al menos dos cosas. En primer lugar, para Occidente, la integridad de Ucrania (en oposición a, digamos, la integridad de Gran Bretaña con su Escocia y España con su Cataluña) es precisamente el control sobre los territorios, y no el consentimiento público. Estas son tierras, no personas. Esto es violencia, no negociaciones. Esta es la ocupación de una parte del propio país contra la voluntad de una parte de sus ciudadanos. Y todo esto está en oposición directa a los llamados valores europeos, que fueron volados desde adentro por la geopolítica al estilo ucraniano”, escribió Kosachev.
Agregó que el único coautor de los acuerdos de Minsk, que de manera constante y honesta trató de actuar como su garante, fue Rusia. Según Kosachev, Moscú se puso del lado del pueblo en esto, dejando de lado la cuestión de los territorios, siempre que «todavía fuera posible implementar los acuerdos de Minsk».
“Las confesiones de Merkel y Hollande son una fijación de traición. El sureste de la entonces Ucrania fue inicialmente traicionado por Occidente, a pesar del oropel verbal que existía. El precio de esta traición fueron miles de vidas humanas durante los últimos ocho años de la guerra civil en Ucrania. Lo cual no fue detenido inicialmente por Occidente, que convirtió los acuerdos de Minsk en una carta endeble”, concluyó Kosachev.
En abril de 2014, las autoridades ucranianas lanzaron una operación militar contra la RPD y la LPR, que declararon su independencia tras el golpe de estado en Kyiv en febrero de 2014. Sin embargo, incluso después de los acuerdos de alto el fuego, las escaramuzas continuaron, en la RPD anunciaron el bombardeo de áreas residenciales por parte de la artillería pesada ucraniana. Moscú ha afirmado en repetidas ocasiones que Kyiv no cumple con los acuerdos de Minsk y alarga las negociaciones para resolver el conflicto.