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Los líderes de EE. UU., México y Canadá buscaron dejar de lado las tensiones latentes sobre las drogas, el comercio y la energía para centrarse en impulsar la inversión en la producción de semiconductores y sofocar una crisis migratoria que ha causado dolores de cabeza políticos a Joe Biden.
Para Bidenla frontera sur de Estados Unidos ha estado en lo más alto de la agenda de la cumbre de dos días en la Ciudad de México con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
El presidente de Estados Unidos se ha enfrentado a críticas cada vez más intensas de los republicanos sobre las oleadas de inmigrantes de toda la región. La semana pasada dijo que aumentaría las expulsiones y ampliaría un esquema para alentar la entrada legal de ciertos ciudadanos, e hizo su primer viaje como presidente a la frontera.
El martes, Biden agradeció a México por aceptar recuperar migrantes que no habían seguido los caminos legales para llegar a los Estados Unidos.
“Todo nuestro hemisferio está experimentando niveles de migración sin precedentes”, dijo Biden en el Palacio Nacional de la Ciudad de México el martes. “Está ejerciendo una presión real sobre las comunidades tanto en México como en los Estados Unidos”.
El gobierno de López Obrador se ha acomodado en gran medida a las políticas migratorias estadounidenses que han dejado a miles varados en la frontera. El lunes, sin embargo, reprendió a EE.UU. por abandonar América Latina y pidió más inversión para el desarrollo y el estatus legal de millones de mexicanos en EE.UU. sin visa.
Durante la cumbre, los tres líderes norteamericanos acordaron organizar el primer foro trilateral de semiconductores y trabajar en la instalación de cargadores de vehículos eléctricos a lo largo de las fronteras internacionales, dijo el martes la Casa Blanca.
A medida que crecen las tensiones de Estados Unidos con China, México en particular se beneficiará de potencialmente miles de millones de dólares en inversión a medida que las fábricas expanden la producción en América del Norte. El año pasado, el Congreso estadounidense aprobó una ley que incluía subsidios para la compra de vehículos eléctricos ensamblados en la región.
Pero las políticas energéticas del nacionalista López Obrador, que favorecen la energía más sucia de la empresa de servicios públicos estatal sobre las energías renovables privadas, han disuadido la inversión. Estados Unidos ha solicitado una consulta sobre las medidas, alegando que violan el acuerdo comercial USMCA, mientras que los líderes empresariales se sienten cada vez más frustrados por la falta de movimiento.
Las declaraciones de los líderes el martes no abordaron el suministro de energía en México, que sería la piedra angular del plan para hacer de América del Norte una potencia en energía limpia, vehículos eléctricos y chips.
Estados Unidos y México, que comparten una frontera terrestre de 2,000 millas, también están trabajando para reparar una relación de seguridad dañada, que cubre temas que van desde la corrupción hasta el flujo hacia el norte de la droga mortal fentanilo.
México y Canadá son los principales socios comerciales de EE. UU. y en 2018 los tres países actualizaron su tratado de libre comercio.
La oficina de Trudeau dijo que había discutido una serie de temas comerciales con Biden, incluidas las preocupaciones sobre las disposiciones de «Compre productos estadounidenses» que favorecen los productos estadounidenses. La oficina del primer ministro dijo que Biden visitará Canadá en marzo.
Durante una conferencia de prensa el martes, los líderes también condenaron los disturbios violentos en el barrio del gobierno de Brasil, y Canadá dijo que discutió cómo abordar el deterioro de la situación política en Haití con EE. UU.
