La agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR, ha pedido a Suecia y España que utilicen sus presidencias del Consejo de la UE de 2023 para garantizar que la UE se base en su experiencia en la acogida de millones de refugiados ucranianos y para proteger a las personas desplazadas por la fuerza.
En un documento publicado el miércoles (11 de enero), el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos instó a los dos gobiernos a “solidarizarse con todos los refugiados y solicitantes de asilo, vengan de donde vengan”.
“El espíritu humanitario y la solidaridad mostrados por los países de la UE el año pasado hacia los refugiados de Ucrania demuestran claramente la capacidad de Europa para acoger y proteger a las personas desplazadas por la fuerza de manera organizada y eficaz”, dijo Gonzalo Vargas Llosa, Representante de ACNUR en la UE.
El año pasado, los países de la UE recibieron a más de 4 millones de refugiados que huían de Ucrania tras la invasión de Rusia. Sin embargo, la vigilancia de las fronteras del sur y de los Balcanes del bloque para refugiados y migrantes de África y Medio Oriente sigue siendo controvertida.
ACNUR afirma que el progreso depende de que el borrador del Pacto de la UE sobre Migración y Asilo finalmente se acuerde e implemente en todo el bloque y depende de que todos los estados de la UE defiendan plenamente el derecho a solicitar asilo.
“ACNUR desaconseja encarecidamente socavar esta posible reforma a través de otras propuestas de la UE que corren el riesgo de degradar las obligaciones, estándares y prácticas de asilo y reducir el espacio de protección en Europa”, agregó el comunicado.
La agencia también condenó el hecho de que “las devoluciones violentas y las graves violaciones de los derechos humanos continúan en las fronteras de la UE. Estas violaciones ponen en peligro vidas y socavan los derechos humanos, incluido el acceso al asilo y el derecho a la vida”.
También instó a la UE a “centrarse en garantizar el acceso a procedimientos de asilo justos y eficientes, así como en crear mecanismos funcionales de solidaridad y responsabilidad compartida sin recurrir a excepciones”.
La reforma migratoria, y en particular la negociación del puñado de expedientes legislativos que constituyen el Pacto sobre Migración y Asilo, estarán en el punto de mira durante los próximos 12 meses.
A principios de esta semana, el embajador de Suecia ante la UE, Lars Danielsson, dijo a la plataforma de medios Devex que el bloque debía ser «un poco más inteligente al combinar incentivos positivos y, llamémoslo, incentivos negativos», para presionar a los países que no hacen lo suficiente para recuperar o impedir que los inmigrantes viajen a la UE.
Eso podría hacer que la UE busque limitar el acceso al comercio y recortar la ayuda al desarrollo a los países que considera que no están controlando sus fronteras.
Danielsson agregó que existe una «ventana de oportunidad» para llegar a un acuerdo sobre el pacto migratorio dentro del próximo año antes de las elecciones europeas de mayo de 2024, después de lo cual también asumirá el cargo una nueva Comisión Europea.
Fuentes diplomáticas han indicado a EURACTIV que es poco probable que se produzcan avances significativos en los expedientes hasta la segunda mitad del año, cuando España asuma la presidencia del Consejo de la UE. Una fuente diplomática de la UE le dijo a EURACTIV que la migración será la principal prioridad de España.
El estado posterior al Acuerdo de Cotonou con la comunidad africana, caribeña y del Pacífico también está siendo rehén de los desacuerdos internos de la UE sobre política migratoria, con Hungría negándose a ratificar el nuevo tratado y acusando a la Comisión Europea de buscar “legalizar la migración, socavar la lucha contra la inmigración ilegal y difundir la ideología de género”.