Un cártel global de países productores de níquel sería mucho más complejo, difícil de organizar y podría verse socavado en cualquier momento por un solo miembro o simplemente por los caprichos del mercado.
No todos los países productores de níquel tendrán, o podrán lograr, el mismo objetivo. Esto fácilmente podría hacer que cualquier empresa de este tipo sea difícil de manejar. Canadá, un importante productor de níquel, ya ha indicado que es muy poco probable que participe en un esquema de este tipo.
Otro elemento disuasorio potencial es que la restricción intencional de la oferta a aumentar los precios incentiva a los actores a invertir en el desarrollo de tecnologías alternativas. Sería una gran apuesta para Indonesia asumir que las baterías siempre dependerán del níquel.
Si el precio es demasiado alto y Las cadenas de suministro se politizan en exceso., las empresas comenzarán a buscar desarrollar baterías sin níquel, un proceso que ya está en marcha. Un cártel al estilo de la OPEP corre el riesgo de acelerar este proceso y alejar a los socios comerciales y de inversión en el proceso.
También vale la pena considerar la desventaja de alejar a los socios para obtener ganancias económicas a corto plazo. Aunque Indonesia tiene níquel, no puede fabricar baterías o vehículos eléctricos sin la tecnología y el conocimiento de actores maduros de la industria como CATL de China, LG Group de Corea del Sur o fabricantes de automóviles japoneses. Indonesia necesita su ayuda para ascender en la cadena de valor tanto como necesita el níquel de Indonesia.
EL NACIONALISMO ECONÓMICO DE INDONESIA
Los mercados emergentes ricos en recursos como Indonesia tienen una larga historia de explotación por parte de economías más maduras, particularmente en las industrias extractivas. Indonesia se está afirmando en una forma más vigorosa de nacionalismo económico como respuesta, al menos en parte, a estos desequilibrios históricos.