LONDRES: ¿Qué podrían tener en común una aseguradora, una constructora de viviendas y dos compañías de agua en la Gran Bretaña de principios del siglo XXI?
Aquí hay una respuesta: si revisara las empresas más grandes del Reino Unido que cotizan en bolsa a fines de enero, estas cuatro empresas habrían estado entre las únicas con una directora ejecutiva y una presidenta.
Este hallazgo proviene de los autores de un informe publicado la semana pasada por FTSE Women Leaders Review, un grupo de campaña respaldado por el gobierno con un historial de éxito sorprendente en lograr que las mujeres ingresen a la sala de juntas y la suite ejecutiva.
Cuando comenzó su trabajo en 2011, 152 de las 350 empresas más grandes no tenían ni una sola mujer en su directorio. Esa cifra se redujo a la mitad en dos años y se redujo a cero en 2020.
Las mujeres ahora ocupan el 40 por ciento de los puestos de directorio en esas 350 empresas principales, un hito que los activistas no esperaban alcanzar hasta 2025. La cantidad de comités ejecutivos compuestos exclusivamente por hombres también ha disminuido tanto que solo quedan 10.
“Realmente es bastante increíble”, me dijo la semana pasada Denise Wilson, directora ejecutiva de la revisión. “Es una revolución completa en lo que está pasando en las salas de juntas británicas”.
BATALLA POR LA IGUALDAD DE GÉNERO CORPORATIVA
Esto también significa que cada vez es más difícil argumentar que no hay suficientes mujeres con experiencia para ser directora ejecutiva o presidenta. Así que la batalla por la igualdad de género en las empresas está a punto de dar un giro interesante.