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São Paulo, Brasil – En el Día Internacional de la Mujer, el gobierno brasileño presentó un proyecto de ley para reducir la brecha salarial entre hombres y mujeres que desempeñan el mismo trabajo. Datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), organismo gubernamental que recopila información sobre los brasileños, señalan que la diferencia de pago, que venía cayendo hasta 2020, volvió a subir y hoy es del 22%.
Eso significa que una mujer brasileña gana, en promedio, el 78% del salario de un hombre. Para revertir este escenario, el proyecto de ley del gobierno establece que los patrones que paguen salarios diferentes a una mujer que tenga el mismo tiempo en la empresa, la misma función y educación similar a un empleado del sexo masculino, podrán ser multados con diez veces el valor del salario más alto pagado en la empresa.
El proyecto de ley también prevé la obligación de las empresas que tengan más de 20 empleados de dar transparencia a los rangos salariales para permitir la inspección por parte del Ministerio del Trabajo. La propuesta fue enviada al Congreso y aún deberá ser aprobada primero por la Cámara y luego por el Senado.
La ministra de Planificación y Presupuesto, Simone Tebet, negó que la propuesta pueda resultar en una reducción en la contratación de mujeres por parte de las empresas que quieren evitar el castigo. Según ella, se trata de una visión misógina: “Si un empleador está discriminando a una mujer, si eso es un factor para que no contrate a una mujer, habrá muchas empresas serias, responsables y comprometidas para hacerlo”.
La ministra de la Mujer, Cida Gonçalves, mencionó un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que señala que la igualdad salarial entre hombres y mujeres puede agregar 0,2% a la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de un país. “Estamos trabajando duro para que esto suceda en Brasil”, dijo.
Para el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, al aceptar que las mujeres ganan menos que los hombres desempeñando la misma función, hay continuidad de la violencia histórica contra las mujeres. “Este proyecto de ley tiene una palabra que marca la diferencia entre todo lo que se ha escrito sobre la igualdad de trabajo entre hombres y mujeres: ‘obligatorio’ pagar salarios iguales”, dijo.
pobreza menstrual
Otra medida anunciada por el gobierno fue la oferta de toallas sanitarias por parte del Sistema Único de Salud (SUS), que es la red pública de salud en Brasil, con foco en la población que se encuentra por debajo de la línea de pobreza. El presidente Lula ya firmó el decreto que crea el “Programa de Protección y Promoción de la Dignidad Menstrual”.
Según el Ministerio de Salud, cerca de ocho millones de personas se beneficiarán de la iniciativa, con una inversión de R$ 418 millones (USD $83,6 millones) por año. La nueva política sigue los criterios de ayuda pagada a la población más pobre (Bolsa Família), e incluye a estudiantes de bajos recursos, personas en situación de calle o en extrema vulnerabilidad social.
El programa está dirigido a todas las personas que menstrúan y llega a mujeres cisgénero, hombres transgénero, personas no binarias e intersexuales. Según Ana Nery Lima, especialista en género e inclusión de la ONG Plan International Brasil, que promueve los derechos de los niños y la igualdad de las niñas, la dignidad menstrual también se trata de la dignidad humana.
“Es necesario garantizar la distribución de toallas higiénicas a las personas que viven en la pobreza menstrual, para que puedan, al menos, vivir con dignidad. Cuando las personas acceden a instalaciones y suministros seguros y efectivos para manejar su higiene menstrual, pueden manejar su ciclo con dignidad”. ella dijo Agencia Brasil.
La distribución gratuita de toallas sanitarias está prevista en una ley aprobada en 2021, pero el gobierno anterior, del expresidente Jair Bolsonaro, se opuso a la medida. Bolsonaro vetó la propuesta, pero el Congreso anuló el veto. En 2022, el expresidente decidió regular la distribución de toallas higiénicas, lo que no sucedió hasta el final de su mandato, el 31 de diciembre.
Combatir la violencia
Además del proyecto de igualdad salarial y de lucha contra la pobreza menstrual, el gobierno anunció otras 20 medidas vinculadas a los derechos de las mujeres que involucran a 19 ministerios diferentes. Las acciones incluyen, por ejemplo, la implementación de más de 40 Casas da Mulher Brasileira, centros de acogida para mujeres víctimas de violencia doméstica, e inversiones de R$ 372 millones (USD $ 74,4 millones) en la lucha contra la violencia de género.
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“Es fundamental que el Estado desempeñe su papel, pero también es necesario ir más allá y avanzar en la comprensión de que el desprecio y el odio a la mujer no se puede naturalizar. Este ambiente nos hace volver a estadísticas tan repetidas, pero aún así impactantes: cada día, tres mujeres son asesinadas en Brasil solo por ser mujeres”, dijo el Ministro Gonçalves.
Otras medidas anunciadas incluyen la creación de una política para combatir el acoso sexual y moral y la discriminación en la administración pública federal, la reanudación de la construcción de 1.189 guarderías que antes estaban en pausa, las inversiones en libros y películas con autoría de mujeres y la aceleración de nuevas empresas. liderado por mujeres.
