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El ministro de Infraestructura de Portugal presentó su renuncia el martes (2 de mayo) cuando se amplió el escándalo en torno a la aerolínea estatal TAP, solo cuatro meses después de que su predecesor renunciara por el mismo tema, pero el primer ministro dijo que lo mantendría en el cargo.
El Partido Socialista, encabezado por el primer ministro Antonio Costa, ganó una mayoría parlamentaria absoluta en enero de 2022, pero su gobierno ha estado plagado de inestabilidad con más de 10 ministros y secretarios de Estado que han dejado sus cargos desde entonces.
En un comunicado, el ministro Joao Galamba dijo que renunciaba “en aras de la necesaria tranquilidad institucional”, y agregó que era crucial para él reafirmar que su ministerio “nunca buscó ocultar ningún hecho o documento” sobre TAP.
Poco después, Costa dijo en un discurso televisado que aunque el escándalo había afectado la imagen del gobierno, no podía aceptar la renuncia porque creía que Galamba “no era responsable de ningún fracaso”.
La decisión pone a Costa en un rumbo de colisión con el presidente conservador Marcelo Rebelo de Sousa, quien tiene el poder de disolver el parlamento y ha dejado en claro que quiere que Galamba se vaya.
El antecesor de Galamba, Pedro Nuno Santos, renunció en diciembre a raíz de un escándalo relacionado con el pago irregular de una indemnización a un ex miembro del directorio ejecutivo de TAP.
Los partidos de oposición han afirmado que Galamba ocultó al parlamento que había propuesto que la entonces directora ejecutiva, Christine Ourmières-Widener, se reuniera con los legisladores socialistas para preparar su audiencia parlamentaria sobre su paquete de indemnización.
Desde entonces, Ourmières-Widener ha sido despedida después de que una inspección oficial descubriera que la separación era ilegal.
Galamba dijo inicialmente que la reunión preparatoria fue idea de TAP, pero el sábado reconoció que fue él quien le dijo a Ourmières-Widener que, si quería, podría asistir a la reunión donde también estarían sus asesores.
El drama político se intensificó aún más cuando Galamba dijo que uno de sus asesores, que tomó notas de lo que se discutió en la reunión, fue despedido el miércoles y se llevó una computadora portátil con información confidencial.
La computadora portátil fue recuperada más tarde por el servicio de inteligencia nacional SIS, lo que generó nuevas acusaciones de la oposición de una extralimitación del gobierno, ya que tales casos son asuntos policiales.
El domingo, Costa dijo que ni él ni ningún miembro del gobierno habían dado órdenes al SIS para recuperar la computadora portátil.
Las crecientes controversias en torno a TAP podrían obstaculizar los planes de Lisboa para privatizar la aerolínea, con los rivales extranjeros más grandes, Lufthansa, Air France-KLM y el propietario de British Airways, IAG, sentando las bases para posibles ofertas.
