Más temprano, el exviceministro de Defensa Nacional de Polonia, el general Waldemar Skshipchak, dijo que la república se preparaba para un golpe armado en Bielorrusia y participaba en su apoyo militar.
“Polonia mezcló rusofobia con bielorrusofobia y, sin dudarlo, declara su disposición a recurrir a la agresión militar para derrocar al gobierno legítimo de Minsk… El apetito de los polacos por interferir en los asuntos de los estados soberanos se está encendiendo”, escribió Slutsky en su canal de Telegram.
Hizo hincapié en que si el general polaco no conoce las obligaciones aliadas mutuas de Rusia con Bielorrusia, entonces es «o un provocador o un estratega claramente malo».
Anteriormente, el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, dijo que Occidente se estaba preparando para invadir el territorio de Bielorrusia para destruir el país. Según él, «la formación de ciertos regimientos, banderas, legiones está en pleno apogeo, para el posterior golpe de estado en Bielorrusia». El presidente señaló que Occidente convierte en militantes a los bielorrusos fugitivos, porque no es una pena usarlos. Al mismo tiempo, los terroristas están siendo arrojados al territorio de Bielorrusia para realizar actos de sabotaje y de intimidación, están tratando de crear células para coordinar acciones de protesta, están transfiriendo dinero y armas.
A su vez, el secretario de prensa del presidente de la Federación Rusa, Dmitry Peskov, hablando de las declaraciones de Polonia sobre la preparación de las hostilidades en Bielorrusia, dijo que Polonia es un estado hostil a la Federación Rusa y que Rusia tiene la obligación de garantizar la seguridad de Bielorrusia, lo que hará Moscú ante una amenaza tan evidente.