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TOKIO: La economía de Japón creció más de lo que se pensaba inicialmente en enero-marzo, según mostraron datos revisados el jueves, ya que un repunte posterior a la pandemia en el gasto corporativo y de consumo ayudó a compensar el impacto en las exportaciones de la desaceleración de la demanda mundial.
Con la inflación en su nivel más alto en cuatro décadas, un mayor crecimiento en la tercera economía más grande del mundo dependerá de aumentos salariales sostenidos, que el Banco de Japón y el gobierno consideran como objetivos políticos centrales.
El producto interno bruto (PIB) de Japón se expandió un 2,7 por ciento anualizado en enero-marzo, frente a una estimación preliminar de un crecimiento del 1,6 por ciento y mucho más que el pronóstico medio de los economistas de un aumento del 1,9 por ciento.
El crecimiento siguió a dos trimestres consecutivos de contracción en la segunda mitad del año pasado, la definición de una recesión técnica.
La expansión de enero a marzo se traduce en un aumento intertrimestral del 0,7 por ciento, según mostraron los datos publicados por la Oficina del Gabinete, frente a una lectura preliminar del 0,4 por ciento y el pronóstico de los economistas de un aumento del 0,5 por ciento.
El gasto de capital aumentó un 1,4 por ciento, desde el 0,9 por ciento estimado inicialmente después de que los datos del Ministerio de Finanzas de la semana pasada mostraran que el gasto comercial de los fabricantes japoneses estaba creciendo a la tasa más rápida desde 2015.
El consumo privado, que representa más de la mitad del PIB de Japón, creció un 0,5 por ciento, ligeramente revisado a la baja desde una estimación inicial de un aumento del 0,6 por ciento.
La demanda interna en su conjunto contribuyó con 1,0 punto porcentual al crecimiento revisado del PIB del primer trimestre, más de lo estimado inicialmente, mientras que las exportaciones netas restaron 0,3 puntos porcentuales, la misma tasa que en la estimación preliminar, mostraron los datos.
