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El gobierno alemán adoptó un primer borrador para el presupuesto de 2024 luego de días de enfrentamientos públicos, lo que dejó a los miembros del parlamento luchando por las líneas presupuestarias para proyectos políticos como la licencia parental y la transición verde.
No todos en el gobierno están satisfechos con el impulso del ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner, para reducir el gasto. “Este no es el momento de los deseos sino del cambio. No todo lo que es políticamente popular se puede financiar”, dijo Lindner, sacando a la luz meses de guerra de trincheras presupuestarias.
Una pelea por los recortes a la licencia parental patrocinada por el estado para los hogares que ganan más de 150 000 € al año ya había provocado enfrentamientos públicos entre los parlamentarios del gobierno, ya que habían comenzado a filtrar cartas internas en las redes sociales.
El anuncio de que se recortaría el presupuesto de la mayoría de los ministerios también echó leña al fuego.
“Las negociaciones presupuestarias se llevaron a cabo en circunstancias difíciles”, admitió el ministro de Economía y Acción Climática, Robert Habeck. Su ministerio se enfrentará a un recorte presupuestario de 4.000 millones de euros, en gran parte debido a la reducción de los gastos relacionados con la crisis energética. Se mantendrá la financiación de terminales flotantes de GNL.
Sin embargo, seguirán más negociaciones sobre el presupuesto, particularmente porque el comité presupuestario señaló recientemente su ambición de hacer cambios.
“Hasta finales de noviembre, nosotros en el Bundestag trabajaremos intensamente en el proyecto de presupuesto y lo mejoraremos”, dijo Sven-Christian Kindler, un parlamentario verde a cargo de la política presupuestaria.
Aún así, Habeck y Kindler lograron defender con éxito los fondos regionales de recuperación de los recortes, una medida que también recibieron con beneplácito los trabajadores de PCK Schwedt, una refinería de petróleo anteriormente vinculada a Rusia.
(Nikolaus J. Kurmayer | EURACTIV.de)
