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Karim Khan, fiscal jefe de la Corte Penal Internacional, dijo a FRANCE 24 que había decidido abrir nuevas investigaciones sobre presuntos crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad cometidos durante los combates en curso en Sudán. Dijo que su oficina había recibido numerosos informes de muchas fuentes de delitos como destrucción de propiedad, ejecuciones, asesinatos y violaciones.
Khan agregó que había informado a ambos campos, las Fuerzas Armadas de Sudán dirigidas por el general Abdul Fattah al-Burhan y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido del general Mohamed Hamdan Dagalo, de su movimiento. “Tenemos que encontrar una manera de asegurarnos de que esta vez, las personas sean responsables de manera oportuna”, dijo.
También se comprometió a «no dejar piedra sin remover» para llevar a los criminales de guerra ante la justicia. Se negó a describir algunos de los crímenes cometidos en West Darfur como “genocidio”, diciendo que no podía prejuzgar la investigación. “La ley debe significar algo” para las personas ahora desplazadas y que huyen para salvar sus vidas, dijo.
Khan indicó haber conocido a los dos generales en guerra en el pasado y que están plenamente conscientes de su trabajo para investigar los crímenes y sus perpetradores. Reconoció que no tiene permitido visitar Sudán, a pesar de intentarlo desde que estallaron los enfrentamientos en abril. “La puerta está cerrada y hay una política deliberada de no cooperación de todas las partes”, dijo. Para recopilar evidencia, señaló imágenes satelitales, refugiados en países vecinos y un portal en línea creado por su oficina para facilitar el reporte de información por parte de los testigos. Sobre el expresidente Omar al Bashir y dos de sus ministros, contra quienes se emitieron órdenes de captura por parte del CPI por sus acciones en Darfur hace dos décadas, dijo que ya no estaban bajo custodia.
Hizo un llamado a la comunidad internacional para que intensifique su compromiso de llevar justicia al pueblo de Sudán. “Si no actuamos, seremos vistos como irrelevantes y proveedores de falsas esperanzas y falsas promesas”, advirtió. – ya sea en Sudán, Ucrania o Libia. “Si seguimos demostrando que no estamos preparados para el propósito en tiempos de peligro, corremos el riesgo de diluir el impacto de algo que se necesitó del Holocausto y la Segunda Guerra Mundial para crear”, agregó.
El fracaso en hacer justicia a Darfur hace dos décadas “ha sembrado las semillas de esta segunda ronda de violencia. Tenemos que finalmente levantarnos y oler las rosas. [If we don’t,] vamos a ver más violencia. No podemos ser un tigre sin dientes”, concluyó.