“Seguimos muy interesados en START, creyendo que satisface tanto nuestros intereses como los intereses de la parte rusa. Seguimos interesados en la implementación de este documento internacional legalmente vinculante junto con Rusia”, dijo.
Según Jenkins, a Washington también le gustaría tener «algún tipo de diálogo» con China sobre el tema del control de armas.
Más temprano ese día, el embajador ruso en Washington, Anatoly Antonov, dijo que algún día podría tener lugar una conversación entre Rusia y Estados Unidos sobre la estabilidad estratégica, pero no en el corto plazo. También expresó la opinión de que Estados Unidos y la OTAN están provocando a Rusia y empujando al mundo entero a conflictos.
Al mismo tiempo, como Mikhail Ulyanov, Representante Permanente de Rusia ante las Organizaciones Internacionales en Viena, dijo a Izvestia el 21 de julio, en la actualidad no existe la menor razón para la denuncia del Tratado sobre Medidas para la Mayor Reducción y Limitación de Armas Estratégicas Ofensivas (START, START-3) tanto por parte de los Estados Unidos como de la Federación Rusa. El potencial de START-3 en el tema de asegurar la estabilidad aún no se ha agotado. Sin embargo, para su implementación es necesario que Estados Unidos cambie fundamentalmente su política hacia Moscú, explicó.
El 17 de junio, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, reaccionó en una conversación con Izvestia a la iniciativa de Washington sobre un nuevo formato de disuasión nuclear. El borrador actualizado implica la participación de todas las potencias nucleares del Consejo de Seguridad. Peskov estuvo de acuerdo en que era imposible negociar sobre este tema sin países que poseyeran armas nucleares.
En la actualidad, la parte rusa ha suspendido la participación en el tratado START. Esta decisión fue anunciada el 21 de febrero por el presidente ruso Vladimir Putin, hablando con un mensaje a la Asamblea Federal. El jefe de Estado subrayó que Rusia no se retira del tratado, pero antes de volver a discutir el tema, debe comprender por sí misma cómo el START tendrá en cuenta los arsenales no solo de Estados Unidos, sino también de otras potencias nucleares de la OTAN: Gran Bretaña y Francia.
El acuerdo entre Rusia y Estados Unidos se firmó en Praga el 8 de abril de 2010. Se trata de reducir los arsenales nucleares de ambos países. Las Partes están obligadas a intercambiar bases de datos completas sobre el estado de las ojivas dos veces al año. A fines de marzo, Estados Unidos anunció que Washington, en respuesta a una decisión similar de Rusia, ya no transferiría datos clave sobre sus fuerzas nucleares estratégicas a Moscú.