PRECIOS INMOBILIARIOS EN EL PRECIO
El estudio de McKinsey encontró una fuerte correlación inversa entre el patrimonio neto en relación con el producto interno bruto y los promedios móviles de cinco años de las tasas de interés nominales a largo plazo.
Los autores creen que la caída de las tasas de interés ha jugado un papel decisivo en el aumento de los precios de los activos de todo tipo, pero particularmente los precios de los bienes raíces.
La oferta de tierras restringida, los problemas de zonificación y los mercados de vivienda sobrerregulados también ayudaron a impulsar los valores. El resultado es que los precios de las viviendas se han triplicado en promedio en los 10 países.
Las ramificaciones son preocupantes. Para empezar, los valores de los activos son ahora casi un 50% más altos que el promedio a largo plazo en relación con los ingresos. El patrimonio neto y el PIB se han movido tradicionalmente en sincronía entre sí a nivel mundial, con algunas desviaciones específicas de cada país.
Ahora, la riqueza y el crecimiento están completamente desconectados. Esto está, por supuesto, detrás de gran parte de la ira populista en la política actual.
La vivienda asequible en particular se ha convertido en un grito de guerra para los millennials que no pueden permitirse comprar casas y formar familias tan pronto como lo hizo una generación anterior.
Eso, a su vez, genera un viento en contra para el crecimiento del consumo, ya que tampoco compran todas las cosas que pones en una casa. Pero también alimenta la inflación en los alquileres, ya que muchas personas no pueden permitirse comprar. Eso apoya la idea de que podríamos estar entrando en una era de estanflación en la década de 1970.
Gran parte de la desconexión entre riqueza y crecimiento proviene de demasiado dinero en bienes raíces. Pero otro aspecto del problema es que simplemente no hay suficiente dinero moviéndose hacia lugares económicamente más productivos.
Si bien el aumento de los precios de los activos representó alrededor de las tres cuartas partes del crecimiento del patrimonio neto de 150 billones de dólares en 2000 a 500 billones de dólares en 2020, el ahorro y la inversión representaron solo el 28% del aumento de los balances.
Dado que las inversiones como infraestructura, equipos industriales, maquinaria e intangibles son las que realmente impulsan la productividad y la innovación, esa es una muy mala noticia.
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