Dado que algunos minoristas ofrecen menos y mantienen los precios iguales, un fenómeno ahora ampliamente conocido como “contrainflación”, el Primer Ministro Marcel Ciolacu ha pedido a los legisladores que adopten medidas para combatir la tendencia, inspirándose en el modelo francés.
El anuncio del primer ministro se produjo después de recibir varias quejas sobre los minoristas que redujeron su peso pero dejaron el precio sin cambios.
”Considero que esta práctica es una forma de fraude al consumidor. Básicamente, representa un aumento de precios económicamente injustificado disfrazado de un envoltorio similar”, dijo Ciolacu en una reunión del gobierno el jueves.
Para abordar el problema, añadió, Rumanía creará un grupo encargado de elaborar una guía de buenas prácticas para combatir este fenómeno.
Ciolacu también instó a los reguladores a abordar el problema con urgencia para prevenir tales sucesos y desarrollar “una regulación basada en el enfoque francés”.
Añadió que las normas obligarían a los fabricantes a indicar en el embalaje si el precio del producto sigue siendo el mismo a pesar de una reducción de peso, y los minoristas que no las cumplan se enfrentarían a severas sanciones.
Sorin Mierlea, presidente de una asociación de consumidores, comentó las medidas anunciadas y sugirió que, además de la necesidad de que la información sobre el peso se muestre en tamaños de letra más grandes, ya que «las normas actuales carecen de claridad a este respecto», los productos de diferentes pesos deberían no se exhibirán juntos en los estantes para evitar prácticas de precios potencialmente engañosas.
En Francialas normas prevén multas de hasta 3.000 euros para personas físicas y 15.000 euros para personas jurídicas.
(Roberta Măicăneanu | Euractiv.ro)