Berlín y París consideran necesario mantener el marco legal existente que permite la entrada de estudiantes, artistas, científicos y profesionales clave de Rusia UE «independientemente de que sean personalmente objeto de persecución política». Alemania y Francia señalaron que «es importante no alienar a las futuras generaciones de rusos».
Alemania y Francia reconocen que las solicitudes de visa presentadas por ciudadanos rusos deben ser examinadas «en busca de posibles riesgos de seguridad». Sin embargo, creen que los países de la UE deben «pensar en formas inteligentes de utilizar la importante influencia de la emisión de visas». “Nuestra política de visas debería… continuar permitiendo contactos entre personas en la UE con ciudadanos rusos que no están afiliados al gobierno ruso”, dijo el comunicado.
Las restricciones a la entrada de rusos en la UE comenzaron a discutirse en el contexto de operación militar en Ucrania. Letonia, Lituania, la República Checa y Estonia ya han suspendido la emisión de visas a los rusos, Dinamarca y los Países Bajos no emiten visas a corto plazo. Finlandia a partir de septiembre reducirá a la mitad el número de solicitudes Schengen aceptadas de los rusos, solo se pueden presentar en cuatro ciudades.
Las restricciones de visa además de Alemania y Francia no fueron apoyadas oficialmente por Estados Unidos, Portugal, Chipre y Grecia. El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, también considera este tipo de medidas «no es la mejor idea». La República Checa ha propuesto suspender los acuerdos de facilitación de visados con Rusia y Bielorrusia. Esto amenaza con aumentar la tarifa de la visa (de 35 € a 80 €), y los rusos también tendrán que esperar más para que se emitan las visas y presentar más documentos. Esta iniciativa será discutida en la reunión de Praga. Según el Financial Times, la UE tiene la intención de apoyarlo.