La anemia de células falciformes es un trastorno sanguíneo hereditario que puede dejar a quienes la padecen luchando con complicaciones de salud graves, a veces insoportablemente dolorosas. La mayoría de los ocho millones de personas en todo el mundo que padecen la enfermedad son de ascendencia africana. Con la atención adecuada, las personas con anemia falciforme pueden vivir una vida plena y activa, pero todo, desde una conciencia limitada hasta grandes retrasos en la detección de la ECF, puede afectar negativamente las tasas de supervivencia. Para obtener más información, Georja Calvin-Smith entrevista a Christian Birmuala Kiese, portavoz de AB Drepa en Nairobi, Kenia.
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